

La hepatitis A avanza en España con cifras preocupantes. En lo que va de 2025 se han confirmado 1014 diagnósticos, un 11% más que en todo 2024 y casi el doble respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos más recientes del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
El repunte confirma la tendencia al alza detectada en los últimos años, después de que en 2024 las infecciones se triplicaran en comparación con 2023.
El fenómeno no es exclusivo de España. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) advirtió en junio de un incremento significativo de casos en países como Austria, República Checa, Hungría y Eslovaquia.
Especialistas consultados subrayan que se trata de un cambio en el perfil epidemiológico, lo que explica la intensidad y concentración de los contagios en determinados grupos de población.
¿Qué explica el aumento de los contagios?
Los expertos apuntan a un cambio generacional en la inmunidad frente al virus. Según un estudio de seroprevalencia de 2020 del ISCIII, más del 70 % de las personas mayores de 50 años desarrollaron anticuerpos porque contrajeron la enfermedad de forma natural en su juventud, principalmente a través de alimentos contaminados.

Hoy, la situación es diferente: la mayoría de los casos se concentra en hombres de entre 25 y 44 años, con especial incidencia en el rango de 30 a 35, dentro del colectivo LGTB.
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ya advirtió a finales de 2024 que la transmisión se estaba produciendo en este grupo, sin que existiera una fuente común ni grandes brotes vinculados a la importación de casos.
¿Qué medidas de prevención son necesarias?
Ante este escenario, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) insiste en reforzar la vacunación en colectivos de riesgo.
Entre ellos, los pacientesinmunodeprimidos o cirróticos, los usuarios de drogas y los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, para quienes el riesgo de infección se considera moderado, frente al bajo nivel en la población general.

La hepatitis A, causada por el virus VHA, es una enfermedad aguda del hígado generalmente autolimitada. Su transmisión se produce por vía fecal-oral, a través de prácticas sexuales orales-anales, por agua o alimentos contaminados y, en casos excepcionales, por vía sanguínea.
Aunque suele resolverse de manera espontánea en semanas o meses, puede presentar síntomas incapacitantes como ictericia, fiebre, vómitos, dolor abdominal, pérdida de apetito y peso, además de casos graves de fallo hepático en personas de edad avanzada o con enfermedades hepáticas previas.
El aumento de casos en 2025 confirma que la hepatitis A ha dejado de ser una enfermedad residual y vuelve a representar un desafío para la salud pública en España y Europa.












