La Dirección General de Tráfico(DGT) implementó los radares de velocidad en diferentes puntos estratégicos del país para controlar a los conductores y prevenir accidentes. Sin embargo, la mayoría ya conocen su localización y unos metros antes de acercarse frenan para no sobrepasar el límite.
A pesar de que muchos lo desconozcan, el organismo de tráfico cuenta con tres tipos de radares, unos móviles, de tramo y fijos, que tienen diferentes formas de detectar a los infractores.
Los radares de velocidad
Los radares fijos están previamente señalizados e incluso aparecen el Google Maps para alertar a los conductores de que deben disminuir la velocidad, pero los agentes de tráfico pueden sancionar este accionar.
Amparándose en el artículo 53 del Reglamento de Circulación, la DGT puede multar a la persona por realizar una reducción brusca de la velocidad puede suponer un riesgo para los demás conductores.
El método de la DGT para detectar a los infractores
La DGT sabe que muchos disminuyen su marcha al pasar por los radares y luego vuelven a conducir sobrepasando el límite. Por esa razón, el organismo tiene una multa de 200 euros para quienes realicen esta maniobra y les descontará cuatro puntos del carnet al infractor detectado.
Otra de las herramientas que utilizan para frenar a los que no respetan las normas de tráfico son los "radares en cascada", que tiene como objetivo cazar a quienes reduzcan su velocidad justo antes de la llegada del radar, para luego volver a acelerar, explicó el medio La provincia.
Los radares en cascadas son poco conocidos y están compuestos de un radar fijo y otro móvil.
El truco que realizan desde el ente de Tráfico es incorporar un radar móvil unos kilómetros antes de pasar por fijo para que los conductores deban mantener la velocidad correcta durante todo el tramo si quieren no tener que pagar infracciones.