

El pasado miércoles 8 de octubre, el Pleno del Congreso aprobó el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, que busca evolucionar hacia una movilidad más limpia, segura y conectada.
En línea con esto, el Boletín Oficial del Estado (BOE) confirmó una modificación en el Reglamento General de Carreteras que abre la puerta a la construcción de un carril para bicicletas segregado en la Red Estatal.
La nueva disposición, vigente desde el 10 de octubre de 2025, permite eliminar parcialmente el arcén en algunos tramos de carreteras nacionales para instalar carriles para bicicletas protegido, con el objetivo de fomentar desplazamientos interurbanos en bici.

Según el BOE, "el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible junto con la DGT impulsará iniciativas de movilidad ciclista en el ámbito de las carreteras del Estado". Esta medida busca garantizar seguridad y continuidad para los ciclistas, priorizando su circulación frente al tráfico motorizado.
Este cambio en el Reglamento General de Carreteras, publicado en el BOE, ha generado cierta confusión sobre el futuro de los carriles bicicletas en España. Sin embargo, es importante aclarar que la medida no busca eliminar los carriles de bicicletas, sino garantizar espacios más seguros para los ciclistas en tramos concretos de la Red Estatal.
Qué implica la construcción de carril bicicletas en carreteras estatales
El cambio en el Reglamento General de Carreteras permite que en vías multicarril o convencionales con baja intensidad de tráfico se reemplacen los arcenes por carriles de bicicletas segregado. La norma establece que la decisión debe basarse en un informe técnico que evalúe seguridad, mantenimiento y evacuación.
"Este análisis debe descartar que la eliminación del arcén comprometa las operaciones de mantenimiento, la evacuación en caso de accidente o la fluidez del tráfico", señala el BOE.
Con esta medida, los ciclistas podrán circular en un espacio protegido, evitando riesgos asociados al arcén, como vehículos averiados, detritus, cristales o baches. Además, se espera que se incentive el uso de la bicicleta tanto para ocio como para desplazamientos intermunicipales.
Beneficios y retos de la nueva normativa para ciclistas
Uno de los principales beneficios del carril bicicletas segregado es la reducción de colisiones laterales con vehículos motorizados. Al estar físicamente separado, se minimizan los puntos de conflicto y se incrementa la seguridad en tramos con arcenes estrechos o inexistentes.
Sin embargo, algunos colectivos han expresado reservas: "Temen que esta infraestructura obligue al ciclista a utilizar siempre el carril segregado, limitando la libertad de circular por la calzada", advierten asociaciones locales.
El desafío recae en las administraciones competentes, principalmente el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, junto con las comunidades autónomas. Estas deben identificar los tramos adecuados, gestionar costos de adaptación y señalización, y coordinar la implementación para equilibrar seguridad y fluidez de la circulación.
Entre los principales beneficios y retos destacan:
Seguridad mejorada: los ciclistas circulan separados del tráfico motorizado, reduciendo el riesgo de accidentes laterales.
Fomento de la movilidad sostenible: incentiva el uso de la bicicleta para desplazamientos interurbanos y ocio.
Coordinación administrativa: requiere colaboración entre MITMA, comunidades autónomas y ayuntamientos.
Impacto en el tráfico motorizado: los vehículos deben adaptarse a la desaparición parcial de arcenes en algunos tramos.
Limitaciones para ciclistas de competición: algunos usuarios podrían sentir restricciones al circular en grupo por carriles estrechos.
Impacto en la movilidad y planificación vial
El cambio en la normativa para las bicicletas redefine el diseño de carreteras, priorizando modos de transporte activo frente al vehículo motorizado. La nueva normativa representa un paso hacia una movilidad más sostenible, complementando otras políticas como la expansión del vehículo eléctrico y la reducción de emisiones.
Una vez construidos, los carriles segregados estarán señalizados con el cartel R-407a, que indica su uso obligatorio para ciclistas. Esto permitirá un tránsito más seguro y continuo, evitando que los ciclistas tengan que circular por el arcén en condiciones de riesgo.
El verdadero impacto de esta reforma se medirá en su ejecución: cómo se integren los carriles con cruces, accesos y carreteras adyacentes determinará si se logra un equilibrio entre seguridad, movilidad y libertad de circulación.













