

El sábado, en el coqueto salón "La Enramada" de Gonnet, mismo decorado con el que festejó su cumpleaños al lanzar la mesa provincial de Cambiemos, María Eugenia Vidal juntará a todos sus precandidatos. Frente a unas 500 personas, la gobernadora expondrá los principales lineamientos de la campaña legislativa que arrancará oficialmente el viernes 14, un día antes del primer timbreo electoral, con la que espera ganarle al cristinismo despojado del PJ.
Los que escucharán a la mandataria no sólo tendrán en común ser precandidatos del oficialismo. Provenientes de distintos espacios (más PRO que de una UCR relegada del armado), todos comparten un mismo compromiso: no abandonar el Frente Cambiemos durante su (eventual) mandato.
Desde senadores y diputados provinciales, pasando por concejales y hasta el último escalafón institucional de consejeros escolares que se medirán en las urnas en las PASO del 13A, todos tuvieron que plasmar su nombre en tres promesas:
- "Por medio de la presente presento mi renuncia como precandidato a ... (cargo que corresponde)".
- "Acepto de forma incondicional cualquier corrimiento u ordenamiento que la Junta Electoral de la Alianza efectúe de oficio a mi candidatura de...". Esto es en los habituales casos de reacomodamientos de las listas ante el incumplimiento del cupo o paridad de género.
- "Acepto todos y cada uno de los términos y condiciones del Acta Constitutiva de la Alianza Cambiemos, su Plataforma Electoral y declaro bajo juramento mi permanencia hasta la finalización de mi mandato en el Frente Cambiemos Buenos Aires por el cual he sido electo".
Esto último reabre el histórico debate (ya zanjado por jurisprudencia electoral a favor de los electos) sobre a quién le pertenece la banca: a la persona o al partido. Pero contiene dos fallas: la primera que los frentes (electorales) vencen a los 60 días del comicio; y segunda, en la misma gobernación admiten que es un papel sin ninguna validez jurídica. A lo sumo, servirá para "escrachar" públicamente a un futuro saltimbanqui.
Los memoriosos del PJ recuerdan que Eduardo Duhalde, en su época de gobernador, también obligaba a rubricar un pacto similar (a los ideales justicialistas), pero nunca logró evitar los garrochazos tan propios de la política. El PRO lo aprendió cuando daba sus primeros pasos: 17 días después de ser electo, en 2005, el médico Eduardo Lorenzo "Borocotó" selló su pase al kirchnerismo, legando su sobrenombre como verbo para saltos de un partido a otro.













