

Como en cada campaña, la marcha de la economía es un tema obligado en la previa a una elección, instalada principalmente desde la oposición. La antesala de las PASO no es una excepción, aunque en la última semana se incluyó una novedad: el oficialismo también la pone sobre la mesa, en parte a modo autocrítico por "lo que no se pudo hacer" pero también perfilando la discusión a futuro con las "buenas señales" que se vislumbran, según el Gobierno, para el mediano plazo.
"Hay gente a la que todavía no le ha llegado el cambio", dijo Mauricio Macri el lunes pasado, durante un acto en el adverso y decisivo distrito de La Matanza. La misma frase la repitieron en varias oportunidades diferentes funcionarios, pero se escuchó de la boca también de Esteban Bullrich, el precandidato a senador nacional que liderará la boleta oficialista en la provincia de Buenos Aires.
Ayer Guillermo Montenegro, precandidato a diputado bonaerense, negó en una entrevista en radio Mitre que exista una bajada de línea del Gobierno para evitar discutir de economía. "Hablamos de lo que le pasa a la gente. En esas charlas surge educación, drogas, seguridad y economía. Está claro que hay gente que tiene problemas económicos y que ve que hay una serie de fallas estructurales que generan complicaciones", detalló. "Nunca esquivamos el tema. La economía es un reflejo fiel de lo que heredamos del kirchnerismo", resumen fuentes ejecutivas consultadas.
Durante el fin de semana, en el oficialismo plantearon que las expectativas de crecimiento serán clave de cara a las generales de octubre, cuando el Gobierno espera lograr una ventaja mayor que en lo que, se presume, será una Primaria muy reñida. Siguiendo esa línea, en una columna de opinión que publicó ayer en el diario riojano "El Independiente", el Presidente sostuvo que "Argentina está creciendo después de cinco años de estancamiento".
Las menciones de Macri vinculadas a lo económico abundaron la semana pasada, cuando también dijo que, aún en franca subida durante julio, "el dólar no es un problema". El martes último, por ejemplo, Casa Rosada hizo circular un paper que publicó El Cronista, en el que se da relieve a los "nuevos brotes verdes", entre los que se destacaron el crecimiento intertrimestral del PBI, en 1,1%, y del salario real en 1,8%.
La inflación será la vedette de campaña, como disparador para la oposición para cuestionar lo que le achacan como un déficit de gestión al macrismo, por estar por encima de la predicción inicial. El oficialismo, en tanto, se buscará potenciar el discurso de que en el balance interanual la suba de precios oscila el 21%, y que esa tendencia podría llevar la inflación 2017 debajo de los dos dígitos para diciembre.










