Los cálculos fallaron en el PRO. Los principales asesores de campaña confiaban en que se daría naturalmente una polarización entre Mauricio Macri y su rival kirchnerista Daniel Scioli en el mes previo a la elección presidencial. No pasó y la apuesta final del macrismo está concentrada ahora en forzar el voto útil, es decir, convencer al electorado opositor de que desista de elegir a su candidato preferido y vote al que va segundo según los sondeos, Macri para evitar que gane otra vez el kirchenrismo en primera vuelta. Esa estrategia se apoya en una certeza a la que atienden con devoción: el 30% del electorado dicendefine en los últimos quince días. Y confían en revertir los números de las encuestas que hoy dudan sobre la posibilidad de que haya ballottage.
El objetivo es llegar a la mayor cantidad de personas posibles. Además de convocar al voto útil a través de las redes sociales, y de mails personalizados que envía la militancia, el postulante presidencial de Cambiemos hará una maratón mediática en radio y televisión y mostrará el apoyo tácito y explícito de un grupo de figuras líderes. La semana pasada, Macri se mostró con el jugador de la selección argentina, Javier Mascherano. Y ayer, el cineasta Juan José Campanella pidió abiertamente el voto útil para el líder del PRO a través de Twitter: "Solo hay dos melodías, kirchnerismo y Cambiemos. Todo lo demás es ruido. Votá en primera como si fuera balotaje. O puede no haberlo", advirtió. En la mesa chica esperan más apoyos de famosos para los próximos días.
La intención también es pelearle el voto justicialista anti K a Sergio Massa. Así se explica la reciente "peronización" de Macri, que inauguró un monumento a Perón junto a Eduardo Duhalde y Hugo Moyano, para neutralizar el prejuicio electoral de que no se puede gobernar enfrentado a los gremios. Y en esa línea, se eligió Córdoba para realizar el acto principal de cierre de campaña la semana próxima. Será en el estadio Orfeo de la ciudad, como un gesto hacia el electorado en donde Macri está mejor posicionados fuera de Buenos Aires y con la intención de cooptar al elector que dejó huérfano José de la Sotta en las PASO, al perder frente a su socio Massa.
Pese al argumento de que la dispersión del sufragio opositor amplía las chances de que Scioli gane en primera vuelta, en el PRO insisten en remarcar que no fue un error la decisión de no ir en una alianza con Massa. Consideran que sin el tigrense en el tablero electoral, Scioli hubiera captado parte de su electorado peronista que lo hubiera ayudado a ganar de un tirón. Ayer, el propio Macri lo reconoció. "Si hubiésemos hecho un frente antikirchnerista, con gente que no apoyó ni participó en las medidas del gobierno, ni las políticas, ni las mentiras, junto con otro espacio que era una separación o un neokirchnerismo, hubiera generado que el oficialismo llegara al 45% y eso no sucede", afirmó en declaraciones a Radio Latina.