Otro escándalo en Tucumán. El intendente de Concepción, el radical Roberto Sánchez, permaneció varias horas atrincherado en la sede municipal debido a una protesta de empleados, con quema de cubiertas, que piden ser incorporados a la planta permanente de la administración. Sánchez finalmente logró liberar el ingreso a la sede municipal luego de que el ministro fiscal de la provincia, Edmundo Jiménez, se acercara hasta la ciudad del sur provincial para atender la caótica situación.
El escándalo produjo un nuevo round entre José Cano y el electo Juan Manzur. El gobernador reclamó "una solución en el marco del consenso y el diálogo", al tiempo que su ex rival lo acusó de impulsar un "ataque institucional".
El intendente radical, que asumió en reemplazo del oficialista Osvaldo Morelli (que era de la UCR y se sumó al oficialismo de la mano del ex gobernador José Alperovich), permaneció desde las 23 de lunes hasta el mediodía dentro del edificio municipal, impedido de retirarse debido a los disturbios provocados por un centenar de personas.
De acuerdo con lo relatado por el intendente, esta situación se produjo porque el municipio de Concepción tenía 650 personas en planta permanente, pero antes de retirarse el anterior jefe comunal hizo 430 nuevos nombramientos.
"El 23 de agosto ganamos con el 51 % de los votos, pero antes de retirarse Morelli hizo nombramientos y la planta permanente pasó a más de mil personas", señaló Sánchez. "Nosotros dimos de baja a esos decretos, añadió. Las autoridades municipales propusieron garantizar la actividad laboral incorporando a 120 personas para que las demás continuaran trabajando como lo venían haciendo. "Tenemos prácticamente sitiada la intendencia. La Policía está protegiendo el edificio para que los manifestantes no entren, pero tampoco podemos salir, estamos mas o menos presos", había denunciado Sánchez, antes de que se lograra calmar la situación.