Dos ejecutivos de la American Task Force Argentina (ATFA), el grupo de lobby pro holdouts creado hace casi una década que tiene entre sus benefactores al magnate Paul Singer, llegaron ayer al país en una visita relámpago de menos de 24 horas (regresaron a las 16:50) para recolectar información y reunirse con fuerzas políticas de la oposición. No tuvieron éxito: ningún opositor quiso recibirlos. En diálogo con periodistas, fustigaron al ministro de Economía, Axel Kicillof, a quien acusan de no querer negociar el pago de la sentencia a favor de los fondos buitre por u$s 1.500 millones y de empujar, así, al país al default.

Robert Shapiro, copresidente de ATFA desde su sus inicios, aterrizó ayer por primera vez en Argentina. Nancy Soderberg, también copresidente, había estado en Buenos Aires en 2009. En ese entonces, afirmó, logró hacer contactos con políticos de la oposición, a quienes no identificó. Como informó El Cronista en su edición del miércoles, los emisarios de ATFA llegaron al país a entrevistarse con distintos líderes de opinión.

Shapiro y Soderberg almorzaron con un grupo de periodistas, entre quienes se encontraban cronistas de este medio, pero no pudieron obtener reuniones con líderes políticos ni con sus asesores, según admitieron. Con el feriado (del 9 de Julio) y el Mundial se hizo muy difícil concretar reuniones, justificaron. Según supo El Cronista, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, fue sondeado por medio de dos integrantes de su equipo económico, pero desestimó de forma tajante cualquier reunión. Shapiro negó tener contactos con diputados o senadores locales.

Los ejecutivos de ATFA decidieron venir al país luego de la disertación de Kicillof en la Organización de Estados Americanos (OEA), para contrarrestar el lobby del país en el exterior. Por eso, esta semana lanzaron un sitio web, factcheckargentina.org, en el que pretenden contrarrestar los mitos argentinos en el juicio del siglo con hechos, y sacaron una solicitada ayer en varios diarios del país. Al respecto, El Cronista preguntó sobre el apoyo internacional que había recibido el país y Shapiro respondió: Los países apoyan a la Argentina sólo por la cláusula de pari passu, pero lo central del asunto es que no apoyan el incumplimiento con los acreedores. Por la cláusula de pari passu de los bonos en default el juez Thomas Griesa obligó al país a pagar a NML Capital, el fondo de Elliot, y otros holdouts el 100% del reclamo antes de continuar con los pagos de deuda reestructurada, que permanecen congelados desde el 30 de junio.

Soderberg fue muy dura con Kicillof, a quien acusó de obstaculizar las negociaciones. Se niega a sentarse con los holdouts, dijo. Kicillof no es capaz de tener una negociación con el mediador (Daniel Pollack) porque no es abogado, y sin embargo echó a sus abogados de la reunión del lunes pasado, afirmó. Según fuentes de Economía, la reunión de Kicillof y Pollack fue a solas porque el mediador ya se había entrevistado con los abogados y había pedido hablar con autoridades del país.

Al respecto, los secretarios de Finanzas y Legales, Pablo López y Federico Thea, se encontrarán este mediodía con Pollack para continuar con las negociaciones. No habrá, en principio, vínculo con los holdouts ni oferta de pago.

ATFA entiende que el eventual default de Argentina sería voluntario y no forzado. No hay una sola razón para que entren en default, no tiene sentido, dijo Shapiro. Si Argentina defaultea nos volveremos más grandes, acotó Soderberg. Habrá más bondholders como nosotros, agregó Shapiro. Los ejecutivos insistieron en que los holdouts están dispuestos a pedir un stay a Griesa para proteger los pagos de deuda reestructurada si las negociaciones avanzan, pero alertaron que continuarán con la búsqueda de activos para embargar si el país no cumple con la sentencia. Los fondos buitre aceptan cobrar la deuda en bonos, pero sin quita, y ponen como ejemplo el acuerdo con Repsol. Argentina está dispuesta a pagar con títulos públicos, pero siempre que sea a partir de enero, para no desatar efectos de la cláusula RUFO de la deuda reestructurada, que obliga a equiparar cualquier oferta al resto de los acreedores.