Un día después de que los Estados Unidos pidiera explícitamente"desmantelar" las regulaciones cambiariasque dificultan a las empresa y personas el acceso al dólar para atesoramiento y cancelamiento de deudas, el canciller Felipe Solávisitó la embajada norteamericana y allí discutió con el representante de la Casa Blanca en el país las últimas medidas económicas que condicionan el clima de negocios y la llegada de inversiones.

Solá acudió a la sede estadounidense junto con el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, y su jefe de gabinete, Guillermo Justo Chaves, horas después de que el subsecretario adjunto de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Kevin O'Reilly, criticara abiertamente las recientes medidas aplicadas por el Gobierno en el sector financiero ante el endeble panorama de reservas líquidas del Banco Central, y pidiera que estas restricciones tuvieran fecha clara de término.

Según el reporte de la embajada norteamericana, que prefirió no comentar extraoficialmente el vis-à-vis, el embajador Edward Prado le expresó al canciller el deseo de Estados Unidos de "apoyar la recuperación económica del país", a la vez que "se interesó en conocer mejor los planes del gobierno argentino para alentar el clima de negocios".

Prado también renovó el interés de su Gobierno por participar en obras de infraestructura y energía con financiamiento a través del programa "América Crece", con el que Washington pretende recuperar protagonismo cedido en los últimos años frente a China, y asimismo aseguró que la administración del republicano Donald Trump apoyará las negociaciones de la Argentina con el FMI.

Más tarde, durante un encuentro con empresarios nucleados en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), el canciller Solá aludió al encuentro mantenido con el representante norteamericano al asegurar que "Estados Unidos está previendo inversiones en el país y aguantando situaciones de la Argentina actual".

Solá también insistió en que las restricciones para la compra de dólares y el achique del flujo de dólares que las compañías requieren para cancelar deudas en el exterior, al igual que las retenciones, "no son para nada parte de nuestro ideario económico pero eran prácticamente obligatorias frente a la situación que enfrentábamos" al inicio del mandato.

En otro orden, el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto también se mostró esperanzado en que Washington mantenga su compromiso de volcar capitales en el país a través de la iniciativa América Crece, y descartó que el Gobierno pueda encolumnarse ciegamente con China ante la decisión tomada de incorporarse al megaproyecto global de Beijing "Una Franja, Una Ruta", que implica consolidar vínculos económicos, comerciales y financieros. Solá dijo que la Argentina "no concederá a China nada que no le conceda a otro socio de relevancia".