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Aún no hay acuerdo en las paritarias de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el clima se empieza a enrarecer a media que avanzan las rondas de negociación, formales e informales, y no hay punto de acuerdo en la negociación 2023. Al término de la tercera reunión -la segunda en el Ministerio de Trabajo-, los representantes gremiales y los empresarios de las cámaras del acero parecían lejos aún de un entendimiento que se ajuste a los pedidos en base a la expectativa de inflación.

Ayer, en la sede de la cartera que comanda Kelly Olmos, los negociadores de la UOM y de las cámaras empresarias Adimra, AFAC, CAMIMA, AFARTE, CAIAMA y FEDEHOGAR volvieron a verse las caras en la sede sobre la calle Callao. Luego de varias horas de discusión, la negociación pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves de la semana próxima, 13 de julio. Las expectativas sobre lo que puede suceder están divididas.

Si bien no hubo comunicados oficiales de las partes, como suele transcurrir durante las negociaciones, algunos detalles se filtraron. Por empezar, el enojo por parte de los delegados gremiales que acusan a los empresarios de no presentar ofertas superadoras. En contrapartida, desde el sector privado insisten en que no falta voluntad de llegar a un acuerdo pero que se debe alcanzar un punto de consenso. Justifican la falta de resultados de esta semana en que solo hubo 48 horas de diferencia entre la primera reunión del lunes y la siguiente, el miércoles, en Trabajo.

Lo que se discute es el próximo tramo paritario para el trimestre julio-agosto-septiembre, según lo acordado en abril pasado para el segundo trimestre de 2023, al comienzo del año paritario de la UOM 2023/2024 que no coincide con el calendario. Entonces, se selló una suba del 18,8%.

Acorde a los trascendidos, el nuevo pedido del gremio busca recuperar los puntos del acuerdo que se perdieron con la evolución de la inflación. El acumulado abril-mayo es del 16,2% y si en junio el IPC da en torno al 7% -o unas décimas menos-, el acuerdo original habrá quedado por debajo de la evolución del costo de vida por, al menos, unos cuatro puntos.


Qué pide la UOM en la renegociación de la paritaria 2023

Lo que se propone la UOM es empardar de forma retroactiva ese desfasaje entre lo firmado en abril y la inflación acumulada en los tres meses siguientes, con una suba acumulativa del 10% al 1 de junio. Y luego sellar un aumento del 30% para el segundo tramo del año paritario, los meses de julio, agosto y septiembre.

A eso se añade un bono de $60.000 que el gremio pide instaurar como reconocimiento por el Día del Metalúrgico, el 7 de septiembre. Si bien no lo confirmaron desde el gremio, la asociación de este refuerzo a una fecha emblemática para el gremio, tal como ocurre en otros sectores, podría abrir la puerta a institucionalizar su abono, algo que hoy no ocurre.

De no alcanzar un acuerdo, algunas voces dentro de la UOM ya empiezan a agitar la posibilidad de acciones en los lugares de trabajo como forma de presión

En la antesala de las rondas negociadoras en Trabajo, el secretario general del gremio, Abel Furlán, ya había destacado la necesidad de un refuerzo en 2023. Lo dijo en el marco de un nuevo pedido de "suma fija" que empieza a hacerse oír entre los gremios, tanto aquellos que se alinean con el oficialismo como los disidentes.

"Para que los trabajadores puedan respirar un poco una suma fija no debería ser menor a los 50 mil pesos", expresó el líder de la UOM. De aquí al próximo jueves se espera que los contactos prosigan por canales informales, los mismos que procuraron acercar posiciones, sin demasiado éxito, en la previa a la primera audiencia en Trabajo, el lunes 3 de julio último.


Qué posición tienen las empresas en las paritarias metalúrgicas

La paritaria de los metalúrgicos tradicionalmente marca un techo para las negociaciones salariales, junto a la de otros gremios de peso, por el volumen de los trabajadores y trabajadoras contenidos bajo su organización. Esto era mucho más evidente en períodos de inflación estable a raíz de los acuerdos de largo plazo.

Hoy las paritarias se acortan cada vez más: el promedio actual gira en torno a los tres meses, para no perder poder adquisitivo frente a la inflación, e incluso algunos gremios ya cierran negociaciones bimestrales. Todos los hacen con el ojo puesto en el IPC.

En el caso de la UOM, tanto el gremio como los empresarios coinciden en fijar los tramos acordes a la evolución de los precios, dada la situación. Una meta que no es fácil ya que, al igual que en la paritaria de abril, de lo que se trata es de trabajar sobre la expectativa del próximo trimestre.

Del lado de las cámaras, siguen los intercambios puertas adentro para acercar posiciones frente a la advertencia de algunos referentes de la UOM sobre posibles acciones. Así y todo, el punto de mayor fricción es el bono. En el sector que aglutina a las pymes, no lo ven con buenos ojos por la dificultad de trasladar ese costo a los precios y que sus clientes lo reconozcan, en particular en determinadas cadenas como la autopartista.

Respecto a las advertencias por parte de la UOM sobre medidas de fuerzas, entienden que la es natural que se endurezcan con el fin de acelerar los tiempos. Y se muestran optimistas en cuanto a la chance de aproximarse en la negociación la próxima semana aunque el punto de la suma de refuerzo promete ser un obstáculo clave. El próximo jueves, 13 de julio, se verán las caras.