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En medio del álgido debate por el proyecto de financiamiento solicitado por el gobernador Axel Kicillof, el epicentro de la política bonaerense está discurriendo en los despachos y en los pasillos de la Legislatura, pero también, ahora, posa su figura en la renovación de los escaños y de las autoridades que asumirán formalmente el 10 de diciembre.

Mientras hoy por la mañana se entregaron los diplomas para los diputados electos, y recrudece la interna por la conducción de los bloques, el miércoles está convocada una sesión “en espejo” para buscar la aprobación de la ley de financiamiento, la iniciativa más buscada por el Ejecutivo, en la que se pide autorización para tomar deuda por casi 3 mil millones de dólares.

Para ello, se necesitan dos tercios de ambas cámaras. Axel Kicillof necesita que todos los sectores del peronismo se hagan presentes y que la oposición preste una colaboración importante, esa que viene faltando hasta hoy.

El viernes pasado, la Cámara de Diputados no pudo sostener el quorum con el que había conseguido aprobar el Presupuesto y la Ley Fiscal Impositiva. El peronismo, casi en soledad, se había mostrado impotente para conseguir el número que le permitiera sesionar.

Más lejos aún había quedado de esos dos tercios necesarios para tomar deuda por 3 mil millones de dólares.

A simple vista, pareció claro que la dificultad había estado en convencer a una oposición intransigente. Hay dos espacios que se manifestaron en contra de cualquier apoyo: La Libertad Avanza y el Frente de Izquierda.

El oficialismo tenía que conseguir manos en la UCR, en el PRO y en lo que coloquialmente se conoce como “libertarios blue”, un grupo de legisladores que se reconocen libertarios pero están fuera de las filas oficiales de LLA.

Sin embargo, hay sectores del kicillofismo acérrimos hablaron de un “sabotaje” de los otros espacios del peronismo que habrían incentivado la rebelión opositora y muchos se atrevieron a dar por perdida la iniciativa.

“Siguieron negociando” durante el fin de semana, dice, por estas horas, un vocero del peronismo no kicillofista que cree posible una aprobación mañana por la tarde. En las filas del gobernador hay escepticismo.

El Lunes, Kicillof realizó una reunión y luego una conferencia en la que volvió a reiterar la necesidad del financiamiento: “No pedimos fondos extraordinarios ni nada diferente que lo que piden las provincias para sostener su funcionamiento normal”.

Luego de subrayar que se trata de una provincia austera en gasto pública y recodó que su gestión “administró una deuda que fue tomada y aprobada por la Legislatura durante la época de (María Eugenia) Vidal”.

Sin embargo, quizá lo más destacado haya sido una novedad negociadora de las últimas horas: no sólo se dará el equivalente al 8% del total de recursos que provengan de la ley de financiamiento.

“Hemos resuelto garantizar 250 mil millones en cinco pagos fijos y determinados por la ley para que cada intendente pueda contar con esos recursos, más allá del nivel y volumen de la colocación de deuda. De esta forma garantizamos que el primer escalón de gobierno pueda organizar sus cuentas públicas durante el período que viene”, señaló el gobernador.

Ayer, los intendentes de la Unión Cívica Radical mantuvieron un encuentro virtual con los legisladores partidarios y la premisa fue aceptar el endeudamiento si se asegura el “piso” del financiamiento.

La rosca de los cargos

En paralelo, la legislatura vive su propia renovación. La presidencia de la Cámara de Senadores seguirá en manos de la vicegobernadora Verónica Magario, pero el resto, está en definición.

La presidencia de Diputados había entrado en un esquema de rotación entre los espacios del peronismo: el massista Alexis Guerrera le debería dejar el espacio al kirchnerista Alejandro Dichiara. Pero no estaba tan claro que el renovador quisiera dar el paso al costado ni que el kicillofismo no quiera poner a su hombre, Mariano Cascallares.

Sin embargo, se alcanzó el consenso, al menos en este punto: Dichiara en la presidencia, Guerrera en la vicepresidencia; Agustín Forchieri (PRO) en la vicepresidencia 1era, Juan Osaba (LLA) en la vicepresidencia 2da y Mariano Cascallares en la vicepresidencia 3era.

Por otra parte, resta definir quién ocupará la presidencia del bloque, hoy en manos de Facundo Tignanelli. La Cámpora se esperanza en retener ese lugar.

Mientras tanto, el recambio legislativo pintará de violeta a la bancada opositora. Eso hará que las negociaciones sean más rígidas. Allí se vive una interna propia: Sebastián Pareja pisa fuerte. Resta saber si Agustín Romo queda o deja de ser la cabeza de la bancada.

Pareja pasó hoy por la Casa Rosada y luego fue a La Plata para presenciar la jura de sus legisladores.

Todo se definirá en las próximas horas.