Luego de que productores de distintas zonas del país cuestionaran el anuncio del Gobierno de que se importarán tomates desde Brasil para que esa fruta esté disponible al precio previsto en el acuerdo de “precios cuidados” y en cantidades razonables ante un posible problema estacional en la oferta, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo que la presidenta Cristina Kirchner quiere que sus funcionarios escuchen la versión de los productores.

“Queremos saber la verdad, queremos saber quién miente, queremos saber si hay bienes y si llegarán con condiciones de precio y calidad al consumidor”, explicó Capitanich esta mañana, luego de dar a conocer que Cristina “instruyó” al ministro de Economía, Axel Kicillof, y al secretario de Comercio, Augusto Costa, a que convoquen a los productores de tomates.

Ayer el funcionario había comentado que sabían que había un problema estacional con el tomate por el que podría no haber un abastecimiento pleno de esa hortaliza al precio previsto en el nuevo acuerdo de precios con el que el Gobierno intenta enfrentar la inflación. Y que iban a enfrentarlo con la importación de tomates de Brasil, a lo que añadió, en un claro mensaje a los productores, que lo mismo podrían hacer con otros productos.

Productores y asociaciones de productores de distintas provincias pusieron el grito en el cielo: sostuvieron que el abastecimiento es normal y que las importaciones podrían “aplastarlos” en un año en el que ya sufrieron por las heladas y resaltaron que el tomate tampoco está barato en Brasil, que incluso está tratando de importar tomates argentinos.

Hoy Capitanich no descartó que haya “maniobras de carácter especulativo” en algún punto de la cadena de comercialización por las que el tomate llegue a precios elevados a las góndolas sin que se les pague bien a los productores.

“Lo que queremos –sintetizó el jefe de Gabinete- es definir el bolsillo de los argentinos, de Don Pepe, de Doña Juana. Regular la economía para defender el bolsillo de los consumidores”.