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Por pedido directo del presidente Javier Milei, la Argentina denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas "graves violaciones a los derechos humanos" cometidos por los gobiernos de Rusia y Venezuela, en un hecho que genera mayor tensión del gobierno con Moscú y Caracas.
En una clara diferenciación ideológica de lo que fue el gobierno de Alberto Fernández, la Argentina cuestionó hoy con dureza a los regímenes de Nicolás Maduro en Venezuela por la persecución a opositores y a la administración rusa de Vladimir Putin por su intervención militar en Ucrania.
Según el informe que presentó el embajador argentino en la sede de la ONU en Ginebra, Carlos Foradori, en la sesión de hoy del Consejo de Derechos Humanos la Argentina alertó sobre "la violación de los derechos humanos en Ucrania por parte de la Federación rusa" y lanzó duras advertencias sobre las detenciones arbitrarias a la oposición en Venezuela.
En el caso de Rusia, la delegación argentina denunció ante la ONU que "cometió una amplia gama de violaciones al derecho internacional, al derecho internacional humanitario y cometió crímenes de guerra". En su intervención en el Consejo el embajador Foradori indicó que la Federación rusa en Ucrania produjo "crímenes de guerra, de tortura, homicidio intencional, violación y violencia sexual".
Además, la Argentina denunció ante Naciones Unidas el traslado de niños ucranianos al territorio de la Federación rusa y destacó que el gobierno de Putin "no dejó ningún casillero por completar en todo el catálogo de las violaciones a los derechos humanos".
Esta definición al igual que las denuncias contra Venezuela por parte de la Argentina constituyen un cambio de actitud en relación a la administración anterior de Alberto Fernández que en el caso de Caracas se abstuvo de expresar la violación a los derechos humanos ante la ONU y con el régimen de Putin tuvo siempre una mirada contemplativa.
Informe contra Maduro
En el informe sobre el caso de Venezuela que elevó al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra la Argentina expresó su "profunda preocupación por el agravamiento de la situación de derechos humanos en Venezuela, en especial las detenciones arbitrarias, el acoso y amenazas a opositores políticos, la censura a la prensa y las restricciones a las ONGs".
Durante la exposición del embajador Foradori se destacaron las detenciones de miembros de la Comisión Nacional de Primarias así como de militantes del partido político Vente Venezuela, ganador de las elecciones primarias de la oposición; la inhabilitación para ejercer cargos políticos de la líder opositora María Corina Machado y la detención arbitraria de la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel, entre otros.
También la Argentina alertó ante la ONU que la próxima aprobación de la ley que regula las organizaciones no gubernamentales afecta a su independencia y detalló la expulsión de los miembros de la Oficina del Alto Comisionado (a la que se le dio un plazo de 72 horas para abandonar el país).
"No se tratan de incidentes aislados, sino de una serie de hechos que parecen formar parte de un plan coordinado para silenciar a los críticos y a quienes se percibe como opositores", dijo Foradori al emitir el informe lapidario contra el régimen de Maduro.
A su vez, la Argentina hizo un llamado a Venezuela a "poner fin a la ola de represión contra los opositores políticos que se está intensificando en todo el país, a reanudar la cooperación con la Oficina del Alto Comisionado, a permitir el ingreso al país de la Misión internacional independiente de determinación de los hechos, y a garantizar la plena vigencia del estado de derecho y la convocatoria de elecciones transparentes, libres, democráticas y competitivas sin proscripciones de ningún tipo".
Las denuncias de Argentina contra Venezuela tensionan aún más las relaciones diplomáticas entre ambos países que escalaron recientemente cuando Maduro prohibió el vuelo de aviones argentinos y calificó de "neonazi" al gobierno de Milei.