Luego de que Cristina Kirchner acusara a jueces y fiscales de utilizar la marcha en homenaje a Alberto Nisman para lanzar el “Partido Judicial” y los comparara con militares opistas, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN) salió a contestarle duramente hoy al asegurar que “el Judicial no es un partido, sino un Poder del Estado” y calificar las palabras de la Presidenta como “un vulgar -no por eso menos peligroso- intento de presión y condicionamiento”.
“Quienes ahora acusan de partidización han pretendido, infructuosamente, partidizar al Poder Judicial y a la AMFJN. Lo han intentado, incluso, desvirtuando los objetivos y el funcionamiento del Consejo de la Magistratura”, dijeron los jueces.
En un comunicado titulado “Reafirmamos nuestro rol institucional”, los jueces aseguraron que “no cabe sino repudiar el discurso maniqueo que bajo la apariencia de denunciar divisiones, en realidad pretende generarlas”. La carta fue firmada por el presidente de la organización, Ricardo Recondo; el vicepresidente, Alejandro Sudera, y el secretario general, Marcelo Gallo Tagle.
La respuesta de los jueces y fiscales estuvo ligada a una carta publicada por la Presidenta el sábado pasado en su cuenta de la red social Facebook, en la que sostuvo que la marcha del miércoles pasado en homenaje al fallecido fiscal Alberto Nisman fue “el bautismo de fuego del Partido Judicial”, al que calificó de “opositor y destituyente del Gobierno”.
“El 18F no es el homenaje a un fiscal, ni siquiera un reclamo insólito de justicia, sino el bautismo de fuego del Partido Judicial ¿Viste lo que te dije sobre el Partido Judicial? Porque además de ser Partido, es opositor y destituyente del Gobierno”, sostuvo la Primera mandataria.
Para la AMFJN, “quien tenga una denuncia que formular por el desempeño de un magistrado o funcionario, debe realizarla si existe una violación a la férrea regla del art. 110 de la Constitución Nacional”, pero “de no ser así, la reiterada y metódica amenaza -expresa o velada- resulta impropia de un sistema republicano, y solo entendible como un vulgar -no por eso menos peligroso- intento de presión y condicionamiento”.