El juez de distrito de Nueva York, Thomas Griesa, ordenó a la Argentina revertir el cambio de agente fiduciario y devolver esa atribución al Bank of New York (BONY), al argumentar que esa operación significó la declaración de desacato que el magistrado dictaminó el lunes 29 de septiembre.
En una sentencia de una carilla complementaria a la de hace una semana, Griesa afirmó que "la República Argentina necesitará revocar enteramente los pasos que ha tomado constituyendo el desacato, incluyendo, pero no limitándose a, reafirmar el rol de Bank of New York Mellon como el fiduciario del contrato (de reestructuración de deuda) y retirar cualquier supuesta autorización a Nación Fideicomisos S.A. para actuar como fiduciario del contrato".
Argentina responsabilizó al BONY por no haber girado a los ahorristas el dinero correspondiente a los vencimientos del 30 de junio último, por u$s 539 millones. Acusó al banco por incumplimiento del contrato de fideicomiso y le pidió que renuncie como fiduciario. El BONY se mantuvo en su posición de no girar los pagos, que permanecen congelados en cuentas de esa entidad alojadas en el Banco Central, en Buenos Aires.
Las estrategias judiciales del país y su agente de pagos, sincronizadas hasta ese episodio, se divorciaron. El BONY optó por acatar todas las decisiones de Griesa, que ahora le efectúa un guiño al exigir que Argentina lo devuelva a sus funciones.
Además, el magistrado instó a "cumplir completamente con la sentencia del 23 de febrero de 2012" de su autoría, que obligó al país a pagar el 100% del reclamo de los litigantes NML Capital, Aurelius y otros por sus bonos en default y ató el cumplimiento de la deuda regularizada a la satisfacción de ese fallo.
La sentencia original, de u$s 1.330 millones, creció a casi u$s 1.700 millones por los intereses que corrieron desde entonces.
El martes 30, un día después de la declaración de desacato de Griesa, la administración de Cristina Fernández depositó vencimientos por u$s 190 millones correspondientes a los bonos Par en cuentas de Nación Fideicomisos, a disposición de los acreedores que quisieran "venir" a cobrar sus cupones a Buenos Aires. Sin la colaboración del BONY ni de las agencias compensadoras, alcanzadas por una orden de Griesa, Argentina no obtuvo la información de quiénes son los acreedores. Desde entonces, no se ha informado si efectivamente algún bonista obtuvo su dinero.
El lunes 29, Griesa hizo lugar al pedido de los fondos buitre y declaró al país en desacato. Sin embargo, no avanzó en sanciones contra el Estado, ni patrimoniales ni de otro tipo, aunque advirtió que podría acudir a ellas en el futuro.
El frente judicial avanza a días de que el ministro de Economía, Axel Kicillof, vuelva a Estados Unidos a participar de la asamblea de otoño boreal del FMI y el Banco Mundial, en Washington, entre este viernes y este domingo. Kicillof pondrá, otra vez, el episodio contra los fondos buitre en el centro de su intervención.
Ayer, el FMI ratificó que respaldará a Argentina y recomendó a los países implementar cambios graduales en las reestructuraciones de deuda para limitar el accionar de los fondos buitre, en un documento que presentará hoy. El consejero legal del Fondo, Sean Hagan, en un reporte enviado al directorio ejecutivo del organismo, advirtió de los "riesgos significativos de que el proceso de reestructuración de la deuda soberana se convierta en más complicado", al comentar el caso argentino, según la agencia EFE.
"Estas decisiones han incrementado el riesgo de que los acreedores que no acepten las reestructuraciones se multipliquen, ya que ahora tienen la capacidad de extraer un retorno preferencial fuera del canje de deuda", indicó el reporte del FMI.