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Si la salida de José Luis Espert de la cabeza de la nómina libertaria es a causa de las renovadas conversaciones entre Mauricio Macri y Javier Milei, sólo lo saben ellos. Pero el terreno ganado por el partido amarillo en la campaña comienza incluso antes del encuentro de ambos dirigentes.
Las últimas semanas de septiembre habían sido desalentadoras para el PRO. Se había dejado trascender que las bases partidarias estaban del todo disconformes con el rol que ocupaban: había quejas por la cantidad de candidatos, por su posicionamiento, por el diagrama de la campaña, por la confección de los spots, por el nombre de la alianza, por todo. Incluso se había arriesgado la hipótesis de que los intendentes de la coalición le "sacaran el cuerpo a la campaña".
Sin embargo, durante el último fin de semana de septiembre algo cambió. Cuando aún no se preveía la eyección de Espert y la reunión con Macri era una posibilidad, en todo caso, latente, comenzaron a sonar los teléfonos de los referentes territoriales para compartir -y en algunos casos entregar- la fiscalización de octubre, según confirmó un conocedor del territorio bonaerense.
La elección de septiembre, aunque no contó con denuncias formales de fraude por parte del oficialismo nacional, había mostrado las falencias a la hora de controlar los votos. El partido de los hermanos Milei, aunque en expansión, carece de algunas estructuras, del"músculo" político para custodiar algunos aspectos. Con el fantasma de fiscales alquilados al peronismo que luego "patean en contra", el PRO fue convocado a poner hombres y mujeres en las mesas de votación.
Del deshielo en Olivos al avance de Santilli
Los encuentros en la Quinta de Olivos sirvieron para descongelar una relación que venía mal trajinada durante meses. Algunos analistas afirman que fue un gesto del presidente para mostrar capacidad de diálogo institucional, un bien preciado para ciertos actores con peso en los mercados.
De hecho, fuentes confiables de la Casa Rosada aclararon que no quieren a Macri haciendo campaña, porque aseguran que tiene "80% de rechazo" en la sociedad. Cierto es que luego de esas reuniones se precipitó la salida de Espert -a quien Milei había sostenido públicamente- y el rápido ascenso de Diego Santilli.
Sin que se sepa si será él quien encabece la lista finalmente, Santilli ya ocupa un rol central en la campaña, incluso desafiando a debatir al candidato peronista Jorge Taiana. El lunes, en el show musical-presidencial, el jefe de Estado y su candidato se fundieron en un abrazo. Ayer, en Mar del Plata, Milei elogió el seniority del exvicejefe de Gobierno porteño en materia de seguridad y lo llamó "queridísimo El Colo Santilli".
Reacomodamientos y nombres para el Gabinete
Se cree que sobre la mesa de café que compartieron Macri y Milei pudo haber aparecido la necesaria renovación del Gabinete nacional que inexorablemente sucederá el 10 de diciembre. Los ministerios de Seguridad y Defensa quedarán vacantes en caso de que Patricia Bullrich y Luis Petri asuman sus bancas en el Congreso Nacional.
Ambos habían integrado la fórmula del PRO y también fueron los primeros en apoyar a Milei para el balotaje. La titular de Seguridad, además, se encargó durante estos dos años de desafiar la autoridad de Macri.
Más allá de la intención o no de ambos ministros de quedarse en el Ejecutivo, la hipótesis de las dos vacancias enciende la imaginación de propios y extraños. Un aspirante para uno de los cargos es el actual intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, uno de los máximos impulsores del acuerdo PRO-LLA y quien ayer mismo recibió al presidente en su municipio.
El jefe comunal de La Feliz debiera dejar el cargo en diciembre para asumir la banca conseguida en septiembre para el Senado bonaerense. Si bien la decisión de Montenegro de dejar atrás Mar del Plata ya está sellada, no necesariamente tendría que mudarse a La Plata.
Cultor de la "mano dura" en materia de Seguridad, el exjuez federal quiere mantenerse en carrera para ser candidato a gobernador bonaerense en 2027. Sabe que esa construcción es más difícil desde la Legislatura, un espacio con poca visibilidad pública. En cambio, un paso por un ministerio nacional podría dejarlo bien ubicado.
De hecho, de todos los gobernadores bonaerenses desde el retorno de la democracia, sólo uno se desempeñó antes como intendente (Eduardo Duhalde), y ninguno pasó del municipio al sillón de Dardo Rocha sin escalas: todos ocuparon un lugar de mayor resonancia fuera de la política provincial previamente.
Fuentes del PRO, sin embargo, sostienen que la búsqueda del partido es ocupar espacios en Obras Públicas, Transporte y empresas públicas. Pero más allá de eso, estiman que lo central está puesto en la independencia: "Nosotros queremos meter a nuestra gente y no estar pensando en que nos van a echar por decir cualquier cosa", sintetizó un dirigente.