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En un contexto de precios sensibles para el consumo cotidiano, el costo del combustible vuelve a ubicarse en el centro del debate económico. Más allá de los valores en surtidor, el verdadero impacto se mide en relación con los ingresos y el poder adquisitivo.
Un informe reciente del Instituto de Economía de la UADE pone números concretos a esa ecuación y muestra cómo evolucionó el precio de la nafta en términos reales durante los últimos años.
Llenar el tanque de un vehículo promedio en Argentina cuesta hoy cerca de $ 100.000 y representa alrededor del 5% del salario bruto de un trabajador registrado del sector privado, según el relevamiento. De acuerdo con el estudio, completar un tanque de 55 litros demanda actualmente $ 99.407, un valor que, medido a precios constantes, se ubica entre los más bajos de los últimos nueve años.
En promedio, entre 2017 y 2025, llenar el tanque implicó un gasto de $ 113.568 a valores reales, lo que deja al nivel actual por debajo del promedio histórico. Durante la actual administración, el costo promedio real para cargar nafta fue de $ 112.974, una mejora del 7,8% respecto del promedio registrado en la gestión anterior. Sin embargo, esta mayor accesibilidad relativa convive con un escenario de ingresos ajustados, lo que mantiene al combustible como una variable clave para la economía familiar.
Combustible y salario: cuánto pesa llenar el tanque
El informe también analiza el llamado “esfuerzo salarial”, es decir, la proporción del ingreso que un trabajador debe destinar para cargar combustible. En el período 2017-2025, ese indicador promedió el 5,44% del salario registrado. En diciembre de 2025, la relación se ubicó en torno al 5%, por debajo de los picos observados en años anteriores, cuando llegó a superar el 7%.
Si bien el precio real de la nafta muestra una trayectoria más estable, el acceso efectivo depende de la evolución de los ingresos. En ese sentido, el estudio advierte que la mejora en términos de precios se ve parcialmente compensada por la pérdida reciente de poder adquisitivo.
GNC, premium y diferencias según el tipo de combustible
Entre las alternativas disponibles, el GNC aparece como la opción más económica para el transporte urbano. Según el informe, equipar un vehículo con este sistema permite ahorrar en promedio $ 86 por kilómetro recorrido, lo que equivale a una reducción del 59% frente a la nafta.
En el extremo opuesto, el uso de nafta premium implica un costo adicional cercano al 3,5% por kilómetro, una diferencia que solo resulta conveniente en vehículos diseñados específicamente para aprovechar ese tipo de combustible.
El relevamiento también expone marcadas diferencias regionales. Las provincias del sur, como Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y Río Negro, registran los precios más bajos, mientras que distritos del norte y centro del país presentan los valores más elevados. La brecha entre la provincia más cara y la más barata alcanza el 36%.
Además, el estudio señala que las estaciones ubicadas en corredores de tránsito hacia la Costa Atlántica suelen exhibir precios más altos que las localidades de destino. Viajar desde la Ciudad de Buenos Aires hacia los principales puntos turísticos del litoral bonaerense implica un gasto promedio en combustible de $ 58.149, sin considerar peajes.
Como conclusión, el informe sostiene que el acceso a los combustibles en 2025 se encuentra en uno de los momentos más favorables de la última década en términos de precios reales y esfuerzo salarial. No obstante, aclara que esta mejora sigue condicionada por la evolución del poder adquisitivo y por las fuertes diferencias territoriales que inciden en el costo final que pagan los usuarios.