El ministro de Economía, Luis Caputo, dio detalles sobre la reforma laboral que se espera que entre al Congreso después del 10 de diciembre. Si bien existen todavía dudas sobre la implementación y el beneficio de las mismas, los especialistas ven una ventana de oportunidad. Las empresas aspiran a una reforma que tenga foco federal y sectorial, con miras a la creación de empleo joven y que baje costos laborales no salariales. Javier Fernández Verstegen, especialista en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales de Brons & Salas, explicó que una reforma laboral que sirva a las empresas debe contemplar las diferencias entre las mismas: “No sirve poner a todos en la misma bolsa, los parámetros para una multinacional son distintos que los de las pymes. El desafío es cómo hacer que una ley cubra las diferentes situaciones en tamaño económico y a nivel federal”. Si bien ve con buenos ojos una reforma porque las leyes que regulan el mercado laboral, como la ley de contratos de trabajo, tienen más de 50 años, lo que considera fundamental para las empresas es “certeza jurídica y previsional”. Estos dos aspectos son superadores a una reforma laboral, pero Fernández Verstegen se mostró optimista respecto de que puede ser compensado con “una reforma sólida legalmente”. Un punto clave que debe ser atendido, más allá de los trascendidos, es la necesidad de simplificar los procesos y modernizar los institutos que quedaron desactualizados. “El concepto de empresa cambió. Tenemos que apuntar a simplificar los procedimientos para que se genere empleo sin quitar protección, que es el principio que distingue al derecho laboral”, marcó el especialista. Uno de los puntos fuertes de una reforma, sostuvo Fernández Verstegen, vendrá por el lado de la federalización. “Hay cuestiones con esa perspectiva. Se crearon muchos polos productivos en las provincias donde es necesario aplicar una modernización laboral que incentive el empleo joven. De la mano, tenemos que discutir el sistema educativo con los sindicatos para conocer las necesidades de los sectores”. El involucramiento de los gobernadores en las negociaciones para aprobar las reformas puede servir de garantía de que esta reforma incluirá diferencias regionales. Esto último fue anticipado por El Cronista, que accedió a un estudio del Ministerio de Desregulación en el que marca las diferencias regionales ante una negociación colectiva nacional. “El motor del empleo va a ser pyme, y la pyme no solo necesita una reforma laboral, sino que tiene que haber una baja de la carga tributaria, pero fundamentalmente una simplificación registral. Y para eso, se necesita si o si un acuerdo de jurisdicciones”, agregó Fernández Verstegen, quien sostuvo que debe coordinarse con provincias y municipios cuál será la carga tributaria, al menos para las pymes. “Las entidades tienen mucha conciencia de la necesidad de un cambio estructural para preservar las fuentes de trabajo. Muchas hoy buscan la recalificación, el re skilling y el up skilling, es decir, la mejora de las habilidades” En el caso de las multinacionales, Fernández Verstegen explicó que si bien no se trata de una cuestión estrictamente de costos, si consideran una reforma laboral como una cuestión de garantías para avanzar en inversiones, implica conocer claramente cuál será la dinámica de trabajo que se adopte. “Desde Economía le vamos a estar agregando a la reforma laboral, si los números nos lo permiten, algunos lineamientos que van a incentivar más a la formalización. Estamos viendo de bajar las cargas patronales y reemplazarlas por un fondo de cese”, dijo Caputo en diálogo con LN+. El fondo de cese laboral ya está vigente y plantea que los empleadores o los trabajadores puedan realizar aportes a una cuenta (que capitalice o no) a partir de la cual se puedan cubrir eventuales desvinculaciones. Una de las ventajas del modelo es que permitiría alimentar el mercado de capitales a través de los fondos de generar rendimientos. Si bien la medida se encuentra vigente, ninguna empresa adhirió. Entre algunas desventajas que se le encontraron está el costo del modelo, pero un abogado laboralista que pidió quedar en reserva sostuvo dos desventajas de la propuesta del ministro: por un lado, las garantías a que los fondos existirán si se aplica un esquema que genere rendimientos. Por otro lado, se vería un fuerte desfinanciamiento de un sistema previsional ya muy golpeado en sus ingresos y con mayor presencia del Tesoro. Además, implicaría un golpe a la recaudación, ya que los aportes y contribuciones a la seguridad social explicarán en 2025 el 19% de la recaudación según IARAF. Las fuentes explicaron que el pedido de desviar los aportes a los fondos de cese surgió del sector privado. Dada la existencia pero el poco éxito del fondo de cese como está vigente, se pidió que se permita reducir los aportes para nutrir los fondos, en especial los que capitalicen. Así, el crecimiento del mercado de capitales volvería a nutrir el crédito para el sector privado, que se vio fuertemente golpeado tras la suba de tasas de interés. “Es mezclar peras con manzanas”, dijo un abogado laboralista que reveló que sí está en discusión la posibilidad de bajar las cargas patronales, más allá de este desvío. Siempre, claro, en la medida en que los números de Economía lo permitan Esto abre la negociación sobre qué elementos se bajarán, si es la seguridad social lo que se desfinancia, la cuota solidaria, los fondos de sindicatos o cámaras, o si se negocia bajar los costos de manera progresiva, con mayor incidencia sobre las pymes. Lo cierto es que implicará una negociación en la que Cordero no es visto como el interlocutor. Quizás esta noción es la que llevó al secretario de Trabajo a pasar la tarde del martes en el Palacio de Hacienda. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, fue quien puso en la agenda los salarios dinámicos, con las paritarias siendo una base mientras que los adicionales respondan a la productividad. El Ministerio de Capital Humano reflotó esta iniciativa. Conocedores de las negociaciones sostienen que eso podría aplicarse en el caso de la negociación por empresa, pero que deberá pasar por el ojo de Sturzenegger, quien tiene la palanca en este proyecto. Quizás lo fundamental bajo tratamiento son las negociaciones de los convenios. El fundamento desde el empresariado lo encuentran en el hecho de las especificidades de los sectores y empresas, algunas de ellas especializadas en distintas ramas. Negociar por empresa permitiría modificar elementos como, justamente, los salarios dinámicos y la indemnización. Desde el sindicalismo marcan que esto debilita las negociaciones colectivas y debilita a los trabajadores a la hora de negociar con las empresas.