Dos provincias ya tienen todo listo para volver a colocar deuda, ayudados por el envión de la baja del riesgo país.
Mientras el Gobierno insiste en que el plan para ayudar a la producción se centra en garantizar la estabilidad a largo plazo, las provincias aprovechan y se preparan para salir al mercado de deuda, ayudados por la baja del riesgo país, que se acerca a perforar los 600 puntos.
Fuentes al tanto de las negociaciones aseguran que la provincia de Santa Fe saldrá a colocar deuda en el mercado internacional la primera semana de diciembre. La expectativa es que alcanzarán a colocar entre u$s 700 millones de u$s 1000 millones en Nueva York y Londres, pero confían que tendrán una tasa lo suficientemente competitiva para que la provincia pueda hacer frente a los vencimientos, en especial teniendo en cuenta que los fondos estarán destinados a la inversión en infraestructura.
Córdoba por su parte analiza reabrir el bono que lanzó a mitad de año para conseguir hasta u$s 300 millones que la ayuden a alcanzar un financiamiento de u$s 1000 millones.
La lectura es que el apetito internacional por títulos argentinos se mantiene alto y que todavía queda espacio por llenar.
Córdoba fue, hasta esta semana, la única provincia que había podido poner deuda en el mercado internacional. La Ciudad de Buenos Aires la siguió esta semana, con una tasa ligeramente superior al 8%. Este nivel les permitiría cubrir cómodos los vencimientos, consideran algunos. Córdoba espera ser la segunda en la lista en ofrecerse en el mercado en esta segunda vuelta.
En paralelo, la provincia conducida por Martín Llaryora también analiza colocar deuda en el mercado local, aunque espera movimiento de la Nación para ver cuales son las tasas que manejará una vez despejado el ruido electoral.
Fue el secretario coordinador de Producción, Pablo Lavigne, quien ratificó que la estabilidad es el centro del programa del Gobierno.
En su exposición en el panel de “Políticas Productivas para el Desarrollo Productivo” del encuentro Una Argentina productiva posible organizado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que el Gobierno no tendrá un “gran plan de desarrollo productivo”, porque la política pública orientada a la producción que persigue el Gobierno está centrada en tres ejes: estabilidad, desregulación e integración.
En este sentido, listó: “Primero, la estabilidad. Es el mayor bien público, porque habilita la vuelta del crédito, la apertura de los mercados. Los productores nos pedían estabilidad, porque sin estabilidad no se puede. Segundo, la desregulación”, marcó en referencia a la simplificación de procesos comerciales, tanto a nivel interno como para comercio exterior.
El último punto que destacó fue la integración: “Tenemos que integrarnos. Sin integración es imposible que llegues, porque no podes competir”.
Consultado por segunda vez sobre si existía la posibilidad de una política de desarrollo productivo, el funcionario optó por enumerar situaciones para ilustrar que se trata de temas del “metro cuadrado”: “Tener el capital humano adecuado significa que haga bien el trabajo el secretario de Educación. El ingreso al puerto de Rosario, público o privado, es el usufructo de cuatro empresas. El INTA cuesta u$s 500 millones al año. Si le pregunto al productor, capaz prefiere otra cosa. La pregunta es quién lo paga y para qué”.
“No tiene que estar todo atravesado por una diagonal que sea el ‘gran plan de desarrollo productivo’. La gran mayoría de las cosas se resuelve en el metro cuadrado: simplificando, pagando menos impuestos o que no te disparen en las esquinas”, remató Lavigne.