Las estimaciones privadas con datos preliminares marcaban la vuelta del déficit fiscal en marzo pero los datos oficiales que publicó el Ministerio de Economía marcaron que el tercer mes logró arañar el cierre a favor. Casi con un empate, en marzo el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit primario de $745.339 millones (aproximadamente 0,1% del PIB) y un superávit financiero de $398.909 millones", detalló el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, en la semana del anuncio de un nuevo acuerdo con el FMI, en el que anticipó que buscará sostener un superávit de 1,6% del PBI este año. El saldo financiero es 0,05% del PBI, prácticamente neutro. Así, el acumulado en "el primer trimestre del año un superávit primario de aproximadamente 0,5% del PIB y un superávit financiero de 0,2% del PIB. Asimismo, se registraron pagos de intereses netos de tenencias intra sector público por $346.430 millones", agregó el funcionario. Al conocerse los datos oficiales, el presidente Javier Milei subrayó: "La caja es sagrada". Caputo agregó que el resultado se alcanzó en simultáneo a la baja de impuestos, como la eliminación del impuesto PAIS, la baja transitoria de retenciones, la derogación de la suspensión de los certificados de exclusión "lo que incidió negativamente en la recaudación de las percepciones de IVA y ganancias aduaneras. "Este resultado se obtuvo luego de haber alcanzado en 2024 el primer superávit financiero anual en 14 años, y el mayor en 16 años, honrando la totalidad de las obligaciones contraídas por el Sector Público Nacional", agregó el ministro. Hacia adelante, Caputo recordó que el Gobierno se comprometió a un ajuste fiscal superior al pedido con el FMI. El organismo postulaba un superávit de 1,3% del PBI para este año, pero el Gobierno se comprometió a llevarlo a 1,6%. Los ingresos de marzo sumaron $9.476.621 millones, un aumento del 54% contra marzo de 2024. Según estimó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), los ingresos totales tuvieron una variación real interanual negativa de 0,7%. Esto obedece a que los ingresos tributarios crecieron en términos reales un 2,7% interanual, compensando el descenso de los ingresos no tributarios de 32% real interanual. Nuevamente, los impuestos vinculados al empleo traccionaron los ingresos. Fueron los aportes y contribuciones a la seguridad social los que lideraron con $3.554.658 millones, lo que implicó una suba del 99,7% interanual. En base al total recaudado, le siguió el IVA con $2.015.445 millones, lo que implicó una suba del 59,4%. El impuesto a las Ganancias fue el que registró la mayor suba interanual (104,3%), a raíz de la inclusión de los trabajadores en relación de dependencia. En relevancia, le siguieron los impuestos a los débitos y créditos, derechos de exportación e importación. En materia de gastos, ascendieron a $8.731.282 millones, una suba del 58,8%. Para IARAF, el gasto primario registró un incremento real interanual del 2%. La mayor partida fue la destinada a prestaciones sociales, con más de $6 billones, y registraron una suba del 73%, por encima de la inflación registrada durante el mismo período (55,9%). Este aumento tiene gran parte de su explicación en el cambio de fórmula de actualización, por el cual jubilaciones y pensiones aumentan por la inflación pasada. Las remuneraciones explicaron $1.147.470 millones, un aumento de 39,3%. Un aumento similar registraron las transferencias corrientes, que demandaron $3.033.494 millones. Los gastos destinados a subsidios de la energía tuvieron una marcada baja del 53,1%, pero los del transporte aumentaron un 114,7%. Las transferencias corrientes al sector privado crecieron un 40,3%. "Entre ellas, destacan las inherentes a las prestaciones sociales, las prestaciones del PAMI, el impacto de la movilidad en las asignaciones familiares, los programas de Política Alimentaria, y el Plan 1.000 días", explicaron desde el Palacio de Hacienda. Para el primer trimestre, IARAF estimó que los ingresos totales crecieron un 0,6% real interanual, mientras que el gasto primario creció un 11,1% real interanual