En esta noticia

Para el noveno mes del año, el acumulado de inflación interanual para el conjunto de los países de América latina y el Caribe, excluyendo los casos especiales como Cuba, Haití, Surinam, Venezuela y, entre ellos, la Argentina, se ubicará entre 11 y 15%.

Mientras las economías de la región llegan a septiembre con un incremento acumulado de precios que alcanza los 2 dígitos, en promedio, la Argentina registró el mismo valor en sólo 2 meses. Pese al optimista 6,2% que arrojó la medición de septiembre del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), al sumar el 7% que marcó agosto, tan sólo en un bimestre, la inflación local supera el 13%.

El contexto se ha vuelto adverso por los efectos que produjo la guerra en la salida de la pandemia, coinciden distintos analistas. Aunque el precio de los alimentos y la energía ha sido crucial en la aceleración de la inflación a nivel global y ha desdibujado todas las proyecciones oficiales, en el último tramo del año, se generan distintos escenarios entre países vecinos.

Misma receta, distintos escenarios

En términos generales las alternativas que aplican los gobiernos para contener el alza de precios, es la ortodoxa: acompañar el alza de precios con variación en las tasas de interés.

Aunque no se destacan resultados positivos en general, el panorama de la Argentina se presenta como uno de los menos efectivos; pese a la actualización constante de tasas de interés por parte del Banco Central, se encamina a romper la barrera de los dos dígitos con una inflación que rondará el 100 % al cierre del 2022.

Con los últimos datos oficiales del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el rubro alimentos es uno de los que crece por encima de los niveles generales: 6,7%, mensual; 86,6%, interanual y 66 en lo que va del año.

Lejos de retroceder, la suba de los alimentos fue de 4,5% en la primera quincena de octubre, según un relevamiento de LCG, con 3 de las 10 categorías del rubro relevadas con alzas por encima del 8%, en las últimas cuatro semanas.

En el caso de Uruguay, en septiembre, los precios se aceleraron con un alza de 0,84%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La inflación llegó al 9,95 por ciento en los últimos 12 meses y alcanzó el mayor nivel, en los últimos 2 años. Específicamente, la variación de alimentos supera a la del resto de los rubros, con un incremento de 2,25% respecto al mismo mes de 2021, acumula casi 12 puntos en lo que va del año, y 13,31 en términos interanuales.

En Chile, en la primera moderación interanual desde febrero de 2021, con un alza mensual de 0,9 por ciento, la inflación alcanzó 13,7 por ciento a nivel interanual y acumula 10,8%. Según el informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el rubro alimentos y bebidas, impulsó el nivel general con una variación mensual de 2,3%, que marca una acumulación de 20,4 en el año y de 21 en los últimos 12 meses.

Brasil acumuló 4,09% en el noveno mes y mostró desaceleración de precios por tercer mes consecutivo. La medición interanual retrocedió un 0,29%, del 8,73 % en agosto al 7,17 en septiembre, a partir de la caída de los precios de los combustibles, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Ricardo Sánchez, economista argentino, que lideró hasta septiembre la División de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señaló que "muchos de estos países están acostumbrados a una inflación de 12 meses que está entre 2% y 3%, y ahora están entre 11 y 15%".

Aunque fue duro al describir la situación de la Argentina como "horrible" aclaró que "hay países que hoy están en nivel general interanual del 11% pero tienen una inflación de 60% en energía y 40% en alimentos", precisó y advirtió que la consecuencia es "inmediata pobreza".

¿tasas más altas o nuevas recetas?

Frente al sombrío panorama, Sánchez aseguró que "existe cierta mala praxis en la política de aumento de tasas de interés de los países para controlar la inflación", y advirtió que, con esta receta, Estados Unidos lleva dos trimestres seguidos de recesión.

Aunque las comparaciones entre países resultan complejas, por la diversidad que plantea cada escenario, incluso entre vecinos, los analistas apuntan al componente de las expectativas como un aspecto particular en el caso de la Argentina, donde, la alteración del marco político actúa como un atenuante de nivel superior.

Guido Zack, director de Economía de Fundar, señaló que la persistencia en la inflación a nivel global "responde a la resistencia de las personas a resignar su poder adquisitivo: los trabajadores reclaman mejoras de su salario nominal para mantener su salario real y los empresarios trasladan el aumento de sus costos a precios".

En ese sentido, también puso en duda la efectividad del alza de tasas que buscan enfriar el "consumo-ahorro". En cambio, analizó, es posible que sea más efectiva una política de ingresos, "es decir, el sector público coordinando junto con empresarios y trabajadores una nueva distribución del ingreso".

El desafío local es mucho mayor, no sólo por la magnitud de la inflación, sino por la diferencia en sus causas. "Argentina tiene todos los motivos inflacionarios posibles activados: déficit fiscal estructural, emisión monetaria, tasa de interés real negativa, saltos cambiarios, resistencias a la baja de los ingresos, indexación de contratos (inercia), etc.", resumió Zack.

Ricardo Delgado, director de Analytica sugirió buscar nuevas herramientas. "En el año 94´Brasil pulverizó la inflación y hoy tiene tres meses consecutivos de deflación", dijo y destacó que en los últimos 10 años tuvo 5% de variación promedio anual, aunque pasaron gobiernos de distinto color político como Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Jair Messias Bolsonaro pero "ninguno cambió ciertas políticas de lucha contra la inflación", detalló.

Para Delgado, la persistencia de la inflación tiene que ver con "una madurez de la clase política" que, según analizó, "supo entender que la inflación es el peor de los impuestos y, con niveles del 100 % como los que tiene hoy la Argentina, va a ser realmente imposible recuperar ingresos, por más paritarias y bonos que se entreguen"