En esta noticia

Esta noche, los candidatos presidenciales Sergio Massa, de Unión por la Patria, y Javier Milei, de La Libertad Avanza, se enfrentarán en el último debate televisado antes del crucial balotaje del 19 de noviembre. A medida que el país se sumerge en el fervor político, una mirada sobre la experiencia estadounidense en debates presidenciales y vicepresidenciales, cuya trayectoria se remonta a la década del 60, puede ser una referencia para el escenario local. Según un informe del Pew Research Center, un centro de datos no partidista, se pueden extraer cinco datos esenciales que arrojan luz sobre la dinámica de estos eventos la política norteamericana.

1- Audiencia masiva a pesar de la decadencia:

Aunque la audiencia televisiva total disminuyó a lo largo de los años, los debates presidenciales aún atraen a un público considerable. En 2016, el primer debate entre Clinton y Trump estableció un récord al alcanzar 84 millones de espectadores, según Nielsen Media Research. Este número superó con creces las audiencias de otros eventos de campaña, subrayando la relevancia continua de los debates en la esfera política. A pesar de la disminución en la audiencia televisiva total, los debates siguen siendo un componente esencial para conectar con el electorado.

2-Utilidad percibida, pero no determinante:

Las encuestas postelectorales del Pew Research Center desde 1988 revelan que los votantes consideran útiles los debates, pero no siempre determinantes. Aunque al menos tres quintas partes de los votantes encuentran que los debates son útiles para tomar decisiones, solo el 10% afirmó haber tomado una decisión definitiva "durante o inmediatamente después" de los debates en 2016. Esto destaca que, si bien los debates desempeñan un papel en la formación de opiniones, la mayoría de los votantes ya han decidido antes de este evento crucial.

3- Los debates vicepresidenciales en segundo plano:

Históricamente, los debates vicepresidenciales quedaron en segundo lugar en términos de audiencia. En 2016, el debate entre Pence y Kaine atrajo a 37 millones de espectadores, un 44% menos que el debate presidencial con la calificación más baja. Sin embargo, la excepción en 2008, cuando el debate Biden-Palin superó en audiencia a cualquiera de los tres debates presidenciales, demuestra que los eventos vicepresidenciales también pueden capturar la atención pública.


4- Evolución en el formato de los debates:

Desde los primeros debates entre Kennedy y Nixon en 1960 hasta 1988, el formato de panel dominó, pero con el tiempo, evolucionó. La Liga de Mujeres Votantes, organizadora de debates en las décadas anteriores, cedió su lugar a la Comisión de Debate. En 1992, la comisión introdujo formatos alternativos, como el "ayuntamiento" donde votantes indecisos formulaban preguntas.

5- Moderadores de alto perfil:

Los moderadores de debates provienen principalmente de las altas esferas del periodismo televisivo. Destacados periodistas de PBS, como Jim Lehrer, fueron figuras prominentes, evidenciando la importancia de la experiencia mediática en este rol. La elección de moderadores refleja la confianza en expertos en la comunicación televisiva para facilitar intercambios políticos críticos.

Mientras Massa y Milei se preparan para el último enfrentamiento en Argentina, la experiencia estadounidense en debates ofrece valiosas lecciones sobre la influencia y la dinámica de estos eventos cruciales en el proceso democrático.