Apenas se levantó la cláusula de confidencialidad que habían pautado con el Gobierno, los bonistas salieron con todo a criticar la forma en que el Gobierno lleva adelante las negociaciones por la deuda.
El grupo de bonistas "Ad Hoc", que incluye a los fondos Fidelity, AllianceBernstein y BlackRock, distribuyó un comunicado en el que sostiene que, debido al fracaso en las conversaciones, estaba analizando "todos los derechos y recursos disponibles".
El grupo afirma que su oferta implica una combinación de bajos cupones y extensiones de vencimiento que resultaban en un alivio para el país de $ 23.000 millones en cuatro años, propuesta que no fue aceptada por el Gobierno argentino.
La propuesta de los grupos Ad Hoc Bondholder Group and Exchange Bondholder Group busca que la Argentina comience a pagar intereses a partir del 2021, que varían entre un 0,50% y un 5,75% para los distintos tipos de bonos con vencimientos que se extienden hasta el 2045, aunque el Gobierno pidió tres años de gracia.
El ofrecimiento de los inversores nucleados en Fintech & Oaktree propone un valor presente de los bonos que va del 51,76 centavos por dólar, baja al 50,06 recién en el 2030 y al 49,18 en el 2046, según el tipo de bono, mientras la oferta del la Argentina está por debajo de los 50 centavos por dólar.
La propuesta de los intereses de este grupo arranca en el 1%, con pagos a partir del año próximo hasta un máximo de 5%, según el tipo de bono con vencimientos que se extienden hasta el 2045, y no concede tampoco plazo de gracia para iniciar los pagos.
En el Gobierno ven al fondo BlackRock no solo como el más duro sino además como el que más complicaciones genera en esta disputa, por lo que ya está todo dado para que se abra una quinta instancia de diálogo.
Ayer, en declaraciones a Telefe, el presidente Alberto Fernández aseguró que la Argentina está "haciendo un enorme esfuerzo" para poder acordar con los bonistas, pero advirtió que "algunos acreedores tomaron una actitud de dureza que no se entiende".
"Haremos todo lo que tengamos que hacer, en la medida que eso no signifique un mayor esfuerzo para los argentinos", consideró el mandatario.
Fernández aseguró que "esta Argentina que cada tantos años cae en default no me gusta, las dos veces que estuve en el Gobierno recibí un país defolteado".
Según analistas internacionales, la Argentina fue "tan lejos como pudo pero los acreedores quieren más" y agregó que el cupón ligado a las exportaciones del país no alcanzaron para satisfacer a los bonistas.
"Los acreedores vieron los cupones como un beneficio, pero no como una herramienta lo suficientemente fuerte como para cerrar la brecha", explicó.