El presidente Alberto Fernández condenó hoy duramente el escrache que sufrió frente a su dominicilio el juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, y aseguró que esas protestas son "el más vil de los escraches", propios "del fascismo y del nazismo".
"Quiero solidarizarme con el doctor Lorenzetti que sufrió el escrache de un grupo de ciudadanos opositores al Gobierno que fueron a presionar a un juez", indicó Fernández durante la puesta en marcha del hospital municipal "Presidente Néstor Carlos Kirchner", en el municipio de Escobar.
Y comparó el escrache que afectó a Lorenzetti con las protestas que se repiten habitualmente frente al departamento de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
"Me solidarizo con Cristina, que lo vive en su casa permanente. Llamo a la reflexión a quienes promueven esas cosas. Eso no tiene nada que ver con la democracia. No es un reclamo popular, no es un reclamo a las instituciones: es el más vil de los escraches, propio del fascismo y del nazismo, y no tiene nada que ver con la democracia", agregó el mandatario.
Y continuó en la misma línea al sostener que este tipo de manifestaciones"muestran intolerancia"."Los reclamos que se hacen, del modo que se hacen, no son reclamos sino que dejan en evidencia la peor muestra de intolerancia y respeto a la democracia que le costó 30.000 vidas a la Argentina", subrayó.
"No vamos a negociarla, vamos a cuidarla", advirtió el mandatario respecto a la democracia.
Durante el acto Alberto estuvo acompañado por el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, entre otros dirigentes del espacio oficialista.
Con bocinazos, banderas argentinas y carteles, una caravana de autos realizó ayer una protesta frente a la casa del juez Lorenzetti en Rafaela, Santa Fe, para presionar en la antesala al fallo que el martes dará a conocer el máximo tribunal en torno a la causa por la anulación de los traslados de los jueces Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli.
Se trata de jueces que investigaron a la vicepresidenta Cristina Kirchner en distintas causas por supuesta corrupción, y cuyos traslados habían sido dispuestos en 2018 por decreto del entonces presidente Mauricio Macri.
En la caravana habían carteles con proclamas con reclamos a la Corte Suprema pero también críticas al gobierno de Alberto Fernández, que dejó sin efecto los traslados ordenados por Macri y resolvió que los tres jueces regresaran a sus juzgados originales.
La vivienda de Lorenzetti, donde el magistrado suele pasar sus fines de semana, se ubica en un barrio residencial cercano al Aeródromo rafaelino.
Días atrás, el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, convocó a un "acuerdo extraordinario" para este martes, con el propósito de que el tribunal se expida sobre los planteos de Bruglia, Bertuzzi y Castelli, que quieren retener sus cargos.