Carlos "Tula" Pascual, el hincha más famoso de la Selección argentina, murió este miércoles a los 83 años.
Emblema de la albiceleste y militante del peronismo desde su Rosario natal (donde adquirió la destreza con el bombo obsequiado por Juan Domingo Perón), realizó su primera travesía internacional en la Copa del Mundo de Alemania 1974.
"En todo lugar que llego aparece un voluntario de Dios que me lleva a comer, que me lleva a todos lados (...) porque yo no tengo plata, y sin plata no se puede hacer nada. Yo no sé ningún idioma, no sé nada. ¿Vos sabés lo que es no saber ningún idioma y viajar por todo el mundo? Estuve en Japón. Imagínate en Japón, imaginate Estados Unidos, Rusia", rememoró tiempo atrás en "La vida por la camiseta", serie publicada en el portal CNN.
En 2022 y tras la obtención del trofeo mayor en Qatar por parte de "La Scaloneta", "Tula" recibió el premio "The Best" en representación de la hinchada argentina.
"Como argentino estoy muy contento porque nos llevamos todos los premios. El Dibu, Scaloni, Messi. Ahora yo como hincha estoy muy contento porque soy el primer bombo: Alemania 1974. Desde ese día histórico para acá estuve en todos los Mundiales y Copas Américas", destacó durante la ceremonia de consagración.
Tula, ícono del peronismo
Según reseñó la producción biográfica "La vida por la camiseta" del portal CNN, "Tula" heredó su fanatismo por Rosario Central, el club de sus amores, y el club de su padre.
"Vivía a tres cuadras de la cancha. Y un día simplemente notó que en la hinchada había una persona que había dejado de tocar el bombo. Entonces se ofreció voluntariamente porque le llamaba mucho la atención y se lo entregaron... Y es por eso que hoy es 'el Tula y su bombo'", repasó su nieto Matías.
En la misma línea, Carlos Pascual adquirió de chico su afición por el peronismo. "Un poco porque Evita le regaló su primera bicicleta, quizás la única bicicleta que tuvo en su vida", sumó.
En 1971, "Tula" viajó a España en la época que Juan Domingo Perón estaba en el exilio, y en el Día de la Lealtad Peronista pudo regalarle un bombo. Pero eso no fue todo: en forma de agradecimiento, el expresidente le obsequió otro, instrumento que usó hasta sus últimos días para alentar a la Selección argentina.