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El pasado sábado 8 de noviembre, el arte monumental y participativo de Marta Minujín volvió a transformar el panorama cultural porteño. En el marco de la Apertura Oficial de La Noche de los Museos 2025, la icónica artista argentina inauguró su nueva instalación en la terraza del Centro Cultural Recoleta: “La Torre de Pisa de Spaghettis”.

Esta obra, que se inscribe en la serie de grandes instalaciones que Minujín desarrolla desde los años sesenta, logró convertir un símbolo universal en una experiencia colectiva. La elección del material no fue casual: la marca experta en pastas, Matarazzo, fue la aliada estratégica de la artista para dar vida a la emblemática torre.

La inauguración contó con la presencia estelar de Marta Minujín, el Jefe de Gobierno de la Ciudad, JorgeMacri, la Ministra de Cultura, Gabriela Ricardes, el Director del Centro Cultural Recoleta, Maximiliano Tomás y representantes de Matarazzo.

Una estructura monumental que desafía la fragilidad

La nueva instalación de Minujín, que el público pudo comenzar a recorrer desde las 19 h del sábado, se destacó por su imponente escala. La estructura alcanza casi 20 metros de altura y está recubierta por los paquetes de spaghettis Matarazzo. La obra, que estará disponible hasta el domingo 16 de noviembre, cuenta con acceso libre y gratuito.

La artista volvió a explorar el vínculo entre arte, ironía y participación social. Dentro de la torre, el público pudo disfrutar de un recorrido interior inclusivo, accesible mediante rampa para personas con movilidad reducida, que incluía música especialmente seleccionada y un video animado. Este audiovisual narra el viaje simbólico de la Torre desde Pisa hasta Buenos Aires.

La colaboración que une la mesa familiar y el arte

La alianza entre Minujín y Matarazzo se basó en una visión compartida: transformar lo cotidiano en una vivencia colectiva. Matarazzo, una marca que ha sido parte de la mesa de los argentinos por más de 80 años, se convirtió en el material principal de un ícono arquitectónico mundial.

Minujín trasladó el imaginario gastronómico a uno de los puntos más reconocibles del planeta, construyendo una obra que juega con la dialéctica entre lo frágil y lo monumental, lo efímero y lo eterno.

Respecto a la elección del material, la artista explicó la conexión profunda con la cultura local. Ella relató cómo la obra surge de la reinterpretación de un “ícono arquitectónico mundial” a partir de un producto tan arraigado en el país.

Minujín hizo hincapié en la fuerte herencia italiana en Buenos Aires, señalando que, a principios del siglo XX, los italianos constituían un 24% de la población total de la ciudad.

“Las personas que participan se comen el mito”

Como es tradición en sus instalaciones de gran escala, la obra de Minujín tuvo un componente de performance participativa. A partir de las 20:30 h del sábado, se llevó a cabo una acción inédita, invitando al público a interactuar colectivamente con la artista y su obra. Esta acción se extendió durante toda la Noche de los Museos.

En el cierre de esta propuesta, el arte se consuma a través de su distribución. Minujín reflexiona que la obra “termina” cuando se reparte al público los paquetes de spaghettis.

Esta distribución masiva permite que el público se apropie del concepto. “Porque las personas que participan se comen el mito”, explicó Minujín, y agregó que este acto es vital para la renovación cultural: “De esta forma podrán nacer nuevos monumentos, nuevos mitos para el futuro que representen esta época y sus cambios”.

La artista mantiene una visión crítica y actual sobre la necesidad de reinterpretar los símbolos. Reflexionó que los mitos populares de hoy deberían ser distintos, ya que “el mundo cambió a un pensamiento multidireccional”. Su objetivo con esta obra, como en toda su producción, es que el arte se viva como un acto colectivo, vital y accesible, donde el disfrute y la participación son esenciales.

Cómo y dónde visitar la obra monumental de Minujín

“La Torre de Pisa de Spaghettis ” continuará abierta al público con entrada libre y gratuita hasta el domingo 16 de noviembre en el Centro Cultural Recoleta, ubicado en Junín 1930, CABA.

Es una oportunidad para experimentar el arte como una celebración popular, reforzando su carácter lúdico, participativo y universal.