“Este es un tren que ya arrancó. Los invito a todos a que se suban. Estamos por enfrentar el mejor ciclo económico desde que yo nací“. El optimismo que transmitió el ministro de Economía, Luis Caputo, en el Encuentro de Líderes que organizaron El Cronista y la Revista Apertura refleja el estado en el que la administración nacional se asoma a la segunda estación del mandato presidencial de Javier Milei.
Un tiempo que arranca con un respaldo social similar al que llevó al libertario a la Casa Rosada hace dos años, pero un escenario económico y político diametralmente opuesto, que le abre la oportunidad de dejar atrás la etapa de la recuperación y atender las cuentas aún pendientes que le permitan generar un crecimiento sostenido.
La debilidad parlamentaria con la que debió afrontar el primer bienio, particularmente en el tramo que precedió a las últimas elecciones, quedó en el pasado, así como la espiral inflacionaria -el año cerrará en torno al 30% frente al 211,4% de 2023-, el desequilibrio fiscal y el cepo cambiario para las personas físicas.
La asunción de los legisladores electos, la captación de aquellos que militaban en otras fuerzas y la formación de nuevos ejes parlamentarios conformados por aliados y dialoguistas, dejaron al Gobierno con la primera minoría de la Cámara Baja, el manejo de comisiones y una mejor posición en el Senado para someter a debate y votación las reformas de segunda generación en las que basa la nueva etapa del plan económico.
La decisión oficial es no perder tiempo y avanzar ya desde la semana próxima con el Presupuesto, la reforma laboral, la tributaria y la del Código Penal.
Generar empleo, reducir la carga fiscal y ofrecer seguridad jurídica para la llegada de inversiones es el norte que se plantea el Gobierno para impulsar una actividad que quedó en espera hasta el último paso por las urnas.
El resultado electoral de fines de octubre mejoró expectativas, el financiamiento internacional comenzó a fluir hacia empresas y provincias, creció la confianza en el Gobierno y hasta en la fortaleza de la moneda, aunque el argentino nunca abandona el refugio del dólar que escasea en las reservas del Banco Central. Pero esta situación no altera los planes de Economía.
Por el contrario, fue Caputo quien separó la acumulación por si misma de las compras para afrontar vencimientos de deuda. Así, anticipó que el nuevo escenario permitirá reducir el riesgo país y salir al mercado de crédito internacional en poco tiempo, que está avanzado un préstamo de u$s 7000 millones con bancos y que el crecimiento de la demanda de dinero permitiría comprar hasta u$s 21.000 millones el año próximo.
Brindar certidumbre sobre lo que vendrá será clave para consolidar el proceso. El debate en extraordinarias será una señal de la vía por la que se mueve el tren libertario.