Nunca como estos días estuvo más presionado el presidente Javier Milei. Debe reformular el gabinete por obligación. Pero las peleas internas por saber quién queda y quién se va hizo que se precipitaran algunas cuestiones que preferían mantener en secreto. El Presidente insiste en afirmar que Santiago Caputo será parte formal del equipo, más allá de su poder real por detrás de los funcionarios con firma. ¿Estrategia electoral o una decisión tomada? Nadie lo sabe.
Inclusive el equipo económico está a la espera de que confirmen tareas y espacios tras la elección. Cuando el titular del BCRA, Santiago Bausili, dijo en Estados Unidos que el esquema de bandas funcionaba de manera correcta y que el plan económico era el adecuado, la pregunta que sobrevoló es si lo dicen porque están obligados a hacerlo o si realmente creen que la situación no es tan delicada.
El Gobierno llega a las elecciones en una posición desfavorable: tiene aún una base de apoyo significativa, pero con signos claros de desgaste. El aspecto económico (ajustes, inflación, desempleo) y los escándalos recientes afectan la percepción ciudadana. La capacidad legislativa será un factor determinante para el futuro inmediato: sin mayoría en el Congreso, el riesgo de estancamiento de las reformas crece.
Por eso, tal como se explicó hasta el hartazgo desde aquí, el objetivo siempre fue un tercio de la Cámara. Con eso los decretos pasan. Por último, la movilización del electorado de castigo y el cambio de ánimo en algunos sectores pueden hacer que las elecciones sean más difíciles de lo que parecían hace unos meses. Y dato bien de "casta": de los 24 gobernadores del país, 19 enfrentan a La Libertad Avanza (LLA) en las urnas.
La interna en el gabinete está a la luz de los medios. Santiago Caputo decidió salir a pelear sin cuartel ni operaciones delicadas. La disputa es abierta y no hay lugar para especulaciones. El asesor logró arrinconar al canciller Gerardo Werthein, quien ya le habría dicho a Milei que se va. Su salida hará que caigan embajadores de su confianza. El primer apuntado es WenceslaoBunge, a cargo de la embajada de España.
El ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona, avisó a sus íntimos que se va el 27 de octubre, más allá del resultado. A eso se suman Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa) y el vocero Manuel Adorni. Los tres asumirán sus bancas en el Senado, Diputados y Legislatura porteña, respectivamente.
Caputo también marcó al titular de la Cámara de Diputados Martín Menem. Lo cierto es que Menem, más allá de la presión desde la Rosada, se ganó enemigos en la Cámara y quedó en el ojo de la tormenta por casos de empresas ligadas a la familia con fuertes vínculos con el sector público. Hay un problema detrás de todo esto y se llama Karina Milei.
La hermana del Presidente sostiene a cada uno de los mencionados anteriormente. Milei deberá decidir el futuro de muchos de ellos a partir del 27 de octubre. Caputo juega con el apoyo explícito de Estados Unidos. Fue Barry Bennet, asesor de Donald Trump, quien lo dejó en claro frente a Rodrigo De Loredo, Miguel Pichetto y Cristian Ritondo.
Eduardo "Wado" de Pedro estuvo sentado en primera fila para escuchar a Axel Kicillof durante el acto por el Día de la Lealtad. A pesar del vínculo roto entre La Cámpora y el gobernador, Cristina Fernández decidió que su principal referente después de su hijo estuviera presente. Si bien la campaña se juega en silencio por parte del peronismo, hay discusiones en marcha.
La primera es la elección de las autoridades del partido en la provincia de Buenos Aires. Máximo Kirchner es hoy el presidente. ¿Habrá lista de unidad? Su rival podría ser Verónica Magario. Hay quienes ven con buenos ojos a Federico Otermin, de Lomas de Zamora. Todos miran el 2027.
Para evitar romper el bloque legislativo, se busca por estas horas habilitar la figura del interbloque, permitido en Diputados y Senado nacional pero no en territorio bonaerense. "Si no vuela por el aire", reconoció un peronista que asumirá su banca en diciembre.
La pelea de fondo es la gobernación, más allá de la carrera por Casa Rosada. Al ya sabido interés camporista, se sumó la idea de Sergio Massa de ir por ese lugar en caso de no tener alternativa para la nacional.