A pocas horas de los atroces sucesos de París, el debate que tendrán mañana los candidatos presidenciales de cara al ballotage del próximo fin de semana representa una clara oportunidad para poner en discusión el futuro de la política exterior argentina y la visión del futuro jefe de Estado sobre el nuevo escenario internacional.
En los últimos diez días, tras los resultados de la primera vuelta, la campaña electoral entró en una fase de definiciones más concretas sobre el perfil de gestión: se discuten el futuro del dólar, el cepo cambiario, la inflación, los impuestos, los subsidios, todos temas que en su mayoría habían caído en generalidades durante el primer tramo electoral o incluso hasta en un calculado silencio.
Lo ocurrido este viernes en Francia, que conmovió al mundo, aparece como una circunstancia difícil de eludir en el debate cuando se está poniendo en juego el destino de la conducción del país para los próximos cuatro años.
¿Cuál será la relación política y económica de la Argentina con el mundo?¿Qué opinión tienen los candidatos sobre los intereses del país en el contexto global?¿Cuál será el futuro del Mercosur, los mecanismos de financiamiento y la política frente al terrorismo?, son algunas de las asignaturas necesitadas de más respuestas, que bien pueden desarrollarse en los bloques del debate preparados sobre ‘desarrollo económico’ y ‘seguridad y derechos humanos’.
Este mismo año, luego del ataque terrorista a la revista francesa Charlie Hebdo, el prolongado silencio personal que mantuvo la presidenta Cristina Kirchner luego del hecho quedó en el centro de los cuestionamientos locales y la mirada internacional. Luego vendría el impacto por la muerte del fiscal Nisman y los interrogantes sobre el pacto con Irán y el caso AMIA.
Esta vez, el Gobierno reaccionó con una rápida condena. Y, en la línea con lo dicho por Cristina, el canciller Héctor Timerman insistió que “la necesidad de encontrar una nueva manera de analizar y visualizar el problema del terrorismo , una idea que el kirchnerismo no termina de plasmar en palabras directas.
Parece hora de dejar de creer que el país es capaz de cerrarse en sus fronteras o restringir el mundo a un puñado de aliados.