Si la idea es evitar el default, no se nota

Reaparece un clima de mayor pesimismo en el mundo económico estas semanas como respuesta a señales contradictorias del Gobierno en la carrera contra el default, y las dificultades para recomponer la confianza que disparen la inversión y el consumo.

Son días en que los mercados observan al país estancado en la batalla por evitar la cesación de pagos, con un mensaje público de las autoridades que preocupa. Aún con lenguaje moderado, sesgando políticamente los argumentos, lo que se traduce de la presentación reciente de Martín Guzmán en el Congreso sobre el futuro de la deuda podría simplificarse en lo siguiente:

1) El sector público en Argentina no va a hacer ningún ajuste hasta el final del actual mandato presidencial.

2) A pesar del impuestazo al sector privado no hay plata para pagar ni capital ni intereses de la deuda por 4 años.

3) Si esa realidad se acepta la restructuración será un proceso ordenado.

4) Si no se acepta y hay default…mala suerte.

Los mercados operaron en consecuencia. No aceptaron la refinanciación voluntaria del Bono Dual, trepó el riesgo país camino de 2100 puntos, subió la tasa de interés en pesos porque se temen reperfilamientos compulsivos, y se cerró aún más el crédito para la Argentina. No sólo en dólares, también en pesos.

La pesadumbre en los actores económicos se alimenta también de un escenario político amargo. Se la observa cada vez más presente a Cristina en las decisiones de Gobierno, prácticamente objetando los movimientos moderados del Presidente en la renegociación de la deuda, alimentando los reclamos del gobernador Axel Kicillof a la Casa Rosada; o en silencio y hasta promoviendo acciones de ministros y legisladores que responden al Instituto Patria y desafían la autoridad presidencial.

Tampoco se entiende mucho la estrategia del ministro Guzmán. ¿Está tratando de evitar el default o está preparando todo el escenario para explicar que la cesación de pagos fue inevitable porque los acreedores no quieren cooperar y el Gobierno se pondrá "del lado de la gente"?

La hoja de ruta que parece realista para evitar el default por ahora no se conoce, y prácticamente nadie en el mercado local o internacional dice tener noticias no ya de Martín Guzmán, ni siquiera de su equipo de colaboradores para enfrentar la negociación con los acreedores. Otra vez este fin de semana salió el Palacio de Hacienda a pedir ideas y asesoramiento por mail a los expertos que se ofrezcan.

Tampoco debería existir tanto misterio. Como en tantas cosas de la vida, también en materia de deuda y default en Argentina está todo inventado. Y los caminos que deberían encararse no aparecen en la brújula oficial. El resumen de lo que debería lograr Argentina para evitar el default, según expertos consultados como Miguel Kiguel, Daniel Marx, Héctor Torres (ex representante argentino ante el FMI en las gestiones Lavagna y Prat Gay) y fondos de inversión privados con fuerte tenencia de bonos argentinos debería orientarse a obtener los siguientes logros:

1) Un nuevo acuerdo con el FMI que le otorgue a la Argentina los dólares para que el Fondo se cobre a sí mismo. No existe otra fórmula. El FMI no otorga quitas ni tampoco plazos de pago. Si podría dar dólares frescos para afrontar cada vencimiento. No es urgente, porque los pagos relevantes caen recién en 2021 y sobre todo 2023 y 2024. Pero se necesita un nuevo acuerdo, también para refinanciar la deuda grande que vence este año del Club de Paris, y lograr que se reactiven los préstamos del BID y del Banco Mundial.

2) Avanzar en un nuevo acuerdo con el FMI significa tener que presentar un programa económico consistente, que garantice cierto superávit fiscal para pagar algo de la deuda. Tal vez en esa línea negociadora, se entiende que el Gobierno esté anunciando que no seguirán congeladas las tarifas y que se termina la doble indemnización.

3) Pero se agregan dudas por la embestida contra el FMI de Cristina y sus reclamos desde Cuba a favor de revisar a fondo las tarifas y los contratos de las empresas de servicios públicos, combinado con el endurecimiento en el mensaje público de Guzmán a los acreedores. El Veraz de una Cristina pro default será una carga permanente para Alberto Fernández en términos de expectativas

4) También se necesita un acuerdo con el FMI para facilitar un canje de deuda voluntario y exitoso para evitar el default. Pero además del FMI, hay que diseñar una oferta de bonos nuevos que resulten mínimamente atractivos, para que los bonistas locales e internacionales acepten refinanciar y no terminen haciendo juicios. Es obvio que corren con ventaja los tenedores de bonos con ley extranjera. Pero castigar demasiado a los bonistas con ley local para evitar juicios en Nueva York tampoco es gratis. Resiente lo poco que queda de crédito local.

Nada de todo esto parece estar ocurriendo. La idea de no pagar ni capital ni intereses a los bonistas privados ya fue rechazada. Tampoco se conoce un programa que pueda ser avalado por el Fondo y más importante, que recomponga la confianza y genere un regreso de capitales al país.

Los interrogantes se acumulan. Podrá el Gobierno evitar la super emisión de pesos en este primer semestre. La base monetaria prácticamente explotó en la primera quincena de febrero. Y los reclamos sectoriales se acumulan, igual que los subsidios para mantener congeladas las tarifas y el transporte. Ni hablar los vencimientos de deuda en pesos.

Mantener el cepo de por vida, coquetear con el default, seguir aumentando los impuestos y evitar el ajuste del sector público ya es un menú fracasado. Le costó a Cristina Kirchner profundizar la recesión desde 2011 y perder tres elecciones seguidas. También el peronismo que respalda al Presidente se impacienta. El peronismo que gobierna en provincias, intendencias o sindicatos comienza a preguntar cuándo se va a empezar a llenar la heladera.

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