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Colombia es célebre por su rica biodiversidad y sus impresionantes paisajes naturales. Sin embargo, no todas sus ciudades gozan de una calidad del aire óptima. Mientras Bogotá y Medellín lidian con elevados niveles de contaminación atmosférica, un pequeño municipio de Cundinamarca destaca por poseer uno de los aires más limpios del país.
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Este lugar es Guasca, un pintoresco pueblo situado en las montañas andinas que, con apenas unos 4000 habitantes, se ha convertido en un verdadero refugio de aire puro.
¿Cuál es el municipio que tiene la mejor calidad del aire en Colombia?
Según recientes mediciones ambientales, Guasca ha reportado niveles excepcionalmente bajos de material particulado y contaminantes en comparación con otras regiones urbanas del país.
Su altitud, la presencia de vegetación nativa y la limitada actividad industrial lo convierten en un modelo de equilibrio ambiental. A diferencia de las grandes capitales, donde el tráfico vehicular y la urbanización deterioran la calidad del aire, este municipio mantiene un entorno limpio y saludable tanto para sus residentes como para los visitantes.
Qué actividades disfrutar en Guasca
Además de disfrutar de un aire puro y fresco, Guasca se distingue por su amplia oferta de planes ecoturísticos. Desde caminatas por la laguna de Guatavita, ubicada en las cercanías, hasta recorridos por la reserva natural de la Encenillo, este municipio se presenta como un verdadero paraíso para los entusiastas de la naturaleza.
Asimismo, Guasca es reconocida por sus cultivos de flores, la producción de quesos artesanales y sus aguas termales. Las actividades al aire libre son perfectas para aquellos que desean desconectarse del bullicio urbano y restablecer su conexión con el entorno natural.
¿Dónde se encuentra Guasca en Colombia?
Guasca se sitúa en el departamento de Cundinamarca, a aproximadamente 50 kilómetros al noreste de Bogotá. Forma parte de la provincia de Guavio y está rodeado por municipios como Sopó, La Calera y Guatavita.
Su ubicación en medio de montañas, a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, propicia un clima fresco y una atmósfera pura, lo que resulta ideal para el descanso y el turismo de bienestar.
Además, la belleza natural de la región atrae a visitantes en busca de experiencias revitalizantes y de conexión con la naturaleza.
