La gripe aviar de alta patogenicidad ha provocado un golpe sin precedentes en la mayor colonia reproductora del mundo de elefantes marinos. Investigadores que estudiaron las playas y rodales de Georgia del Sur alertan sobre un quiebre dramático en la especie.
“La dimensión de este retroceso es estremecedora”, advirtió el ecólogo marino Connor Bamford, líder del estudio citado por el British Antarctic Survey. Los conteos realizados con drones confirman que más del 50% de las hembras desaparecieron en un solo año.
El virólogo Antonio Alcamí, en declaraciones recogidas por El País, explicó: “Es un impacto enorme, especialmente si consideramos que en Georgia del Sur se encuentra el 50% de su población reproductora”. Las estimaciones sugieren que más de 50.000 hembras se perdieron de un año a otro, una cifra que especialistas califican de histórica.
Además de las muertes inmediatas, los científicos advierten que el virus altera por completo la dinámica reproductiva de la especie. “Que no veamos cadáveres no significa que no estén muriendo, porque posiblemente mueren en el mar, donde no los vemos”, señaló el experto desde una expedición antártica.
Las colonias densas, la cercanía entre madres y crías y la transmisión por gotículas facilitaron una propagación rápida y devastadora. Especialistas recalcan que no existe registro previo de un descenso tan abrupto en un solo ciclo reproductivo.
¿Qué está matando a los elefantes marinos?
Los científicos identifican al H5N1, variante 2.3.4.4b, como el patógeno detrás de la mortalidad. “Ha habido transmisión de mamífero a mamífero, por vía aérea, con gotículas contaminadas”, explicó Bamford en el estudio publicado en Communications Biology. Esto confirma que el virus no solo saltó desde aves, sino que se adaptó para avanzar dentro de las colonias.
Episodios similares se vieron en Península Valdés, Argentina, donde según el veterinario Ralph Vanstreels “la arena estaba tan cubierta de elefantes marinos agonizando que era difícil caminar”. Allí murieron unas 17.000 crías en pocas semanas, un patrón casi idéntico al observado en Georgia del Sur.
El temor: ¿puede evolucionar el virus en mamíferos?
Especialistas indican que permitir la evolución del virus dentro de mamíferos es uno de los escenarios más temidos. El director científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Jeremy Farrar, había alertado que un virus así podría desarrollar mutaciones inesperadas si continúa circulando en colonias densas.
Aunque la institución mantiene que el riesgo para humanos es bajo, los científicos insisten en vigilar la secuenciación del virus para detectar cambios en su comportamiento o salto entre especies.
Falta de apoyo y un futuro incierto
Líderes de expediciones, como Alcamí, han denunciado la falta de recursos para monitorear la situación. “Es un poco desesperante”, afirmó al explicar que este año no obtuvo financiamiento para continuar el trabajo en la Antártida, pese a que en expediciones anteriores hallaron el virus “en uno de cada cuatro animales analizados”.
La bióloga Michelle Wille, del comité científico antártico, advirtió: “Una se pregunta si esta especie sobrevivirá a esto”. Sin datos sólidos y monitoreo constante, los expertos temen que el daño avance sin ser detectado y comprometa la recuperación de la población en toda la región subantártica.