

Un equipo internacional de científicos logró registrar por primera vez en libertad al equidna de pico largo de Attenborough, un mamífero que pone huevos y que durante décadas fue considerado prácticamente extinto. El hallazgo se produjo en un bosque montañoso y de difícil acceso en Indonesia, una región poco explorada y clave para la biodiversidad del sudeste asiático.
El redescubrimiento se dio tras una expedición científica liderada por investigadores de la Universidad de Oxford, quienes instalaron cámaras ocultas en zonas remotas del hábitat. Tras semanas de trabajo, los dispositivos captaron breves imágenes que confirmaron la presencia del animal vivo en su entorno natural.
Un “fósil viviente” que volvió a aparecer
El equidna de pico largo de Attenborough es uno de los pocos mamíferos del mundo que pone huevos, una característica que comparte únicamente con el ornitorrinco. Por su aspecto, con púas, pelaje denso y un pico alargado, suele ser descrito por los científicos como un “fósil viviente”, ya que su linaje se remonta a más de 200 millones de años.
Hasta ahora, la única evidencia confirmada de esta especie era un ejemplar conservado en un museo europeo, recolectado a mediados del siglo pasado. Durante más de seis décadas no se habían obtenido pruebas directas de que la especie siguiera existiendo en estado silvestre.

El momento en que se revisaron las grabaciones fue descrito por los investigadores como uno de los más impactantes de la expedición. Según relataron, la confirmación llegó al analizar la última tarjeta de memoria de la última cámara recuperada en el terreno.
Una expedición en condiciones extremas
La búsqueda se desarrolló en los montes Cíclopes, una cadena montañosa cubierta de selva, ubicada a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. Para acceder a las zonas más altas, los científicos debieron avanzar por crestas estrechas, raíces húmedas y senderos con riesgo constante de deslizamientos.
Durante el trabajo de campo, el equipo también registró nuevas especies de insectos y anfibios, además de poblaciones saludables de otros animales poco comunes, como canguros arborícolas y aves del paraíso.

Por qué el hallazgo es clave para la conservación
De las cuatro especies conocidas de equidnas, tres tienen pico largo y al menos dos están catalogadas en peligro crítico de extinción. La confirmación de que el equidna de Attenborough sigue vivo abre una oportunidad clave para impulsar planes de protección en una zona considerada sagrada por comunidades locales.
Organizaciones conservacionistas que participaron en la expedición advirtieron que estas montañas albergan una biodiversidad única que aún no ha sido completamente estudiada, y subrayaron la necesidad de preservar el área frente a amenazas como la deforestación y la expansión humana.
Los científicos coinciden en que este redescubrimiento no solo aporta una noticia relevante para la biología, sino que también refuerza la importancia de seguir explorando y protegiendo los últimos rincones intactos del planeta.













