

Las políticas migratorias de Estados Unidos amenazan con generar tensiones diplomáticas en el Mundial de Fútbol 2026. Gianni Infantino y Donald Trump se reunieron para discutir medidas que podrían impedir la entrada de ciudadanos de hasta 43 países, incluyendo Irán.
A poco más de un año del inicio del Mundial 2026, el evento deportivo más importante del planeta enfrenta un nuevo desafío político. Durante una reciente reunión entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y Donald Trump, surgió un tema que podría afectar la celebración del torneo.
¿Se cancela el Mundial? Esto dice Trump
Tal como adelantaron en los meses previos, las restricciones migratorias que Estados Unidos planea aplicar durante la máxima cita futbolística podrían hacer caer el Mundial.

El presidente Trump y su equipo han expresado preocupación por el posible uso del evento como vía de entrada irregular al país. El temor del gobierno estadounidense es que miles de aficionados intenten quedarse de forma permanente una vez concluido el campeonato.
En este contexto, el vicepresidente JD Vance advirtió en conferencia de prensa: "Queremos que vengan, que celebren, pero cuando se acabe el Mundial, tendrán que irse a casa".
Jugadores como Mehdi Taremi podrían quedar fuera del Mundial por restricciones de visado
Uno de los puntos más controversiales es la posible negativa de visado a ciudadanos de 43 países, entre ellos Irán, con quien EE. UU. mantiene tensiones diplomáticas.
Esta medida podría afectar directamente a jugadores como Mehdi Taremi, delantero del Inter de Milán y figura de la selección iraní, quien podría no ser admitido en suelo estadounidense.
El antecedente más cercano ocurrió cuando la FIFA retiró la sede del Mundial Sub-20 a Indonesia, luego de que ese país impidiera el ingreso de ciudadanos israelíes. Un escenario similar en el Mundial 2026 podría derivar en decisiones drásticas por parte del organismo rector del fútbol.
Un Mundial bajo tensión política: qué pasará
El evento deportivo, que se celebrará en conjunto entre Estados Unidos, México y Canadá, contará por primera vez con la participación de 48 selecciones. Sin embargo, las restricciones propuestas amenazan con eclipsar el carácter global e inclusivo del torneo.

La FIFA, que ha defendido históricamente la neutralidad política del fútbol, se enfrenta ahora al reto de garantizar que todos los equipos y aficionados puedan participar sin discriminación, mientras Estados Unidos endurece su política migratoria.












