

La escena política colombiana volvió a moverse en silencio, pero con señales claras. En un evento partidario que no tuvo clima de lanzamiento tradicional, una definición interna comenzó a ordenar el tablero de la derecha: Paloma Valencia será la candidata del Centro Democrático.
Detrás del anuncio, aparecieron nombres, antecedentes y una línea ideológica que no pasa inadvertida dentro ni fuera del país. La figura elegida combina trayectoria legislativa, vínculos familiares con la historia política colombiana y una postura internacional que ya genera lecturas cruzadas.
Consultas internas, sondeos entre simpatizantes y una decisión que dejó afuera a otras figuras de peso anticipan que el movimiento no respondió solo a una candidatura, sino a una estrategia más amplia del uribismo de cara al próximo ciclo electoral.
Paloma Valencia y el uribismo: cómo se definió la candidatura presidencial
El Centro Democrático confirmó a Paloma Valencia como su candidata presidencial tras un proceso interno que incluyó dos consultas diferenciadas. Por un lado, entrevistas a más de 2.100 militantes del partido; por otro, un sondeo entre aproximadamente 5.000 simpatizantes del espacio político, según informaron los organizadores del evento.
La senadora se impuso sobre otras dirigentes del mismo bloque, entre ellas María Fernanda Cabal y Paola Holguín, ambas con alto perfil mediático y peso legislativo. También habían quedado fuera de la contienda, semanas antes, Miguel Uribe Londoño y Andrés Guerra, lo que despejó el camino hacia una definición más concentrada.
Nieta del expresidente Guillermo León Valencia y con tres períodos consecutivos en el Congreso, Paloma Valencia llega a esta instancia con una trayectoria consolidada dentro del uribismo. Su perfil combina formación académica, experiencia parlamentaria y una identidad política alineada con el núcleo duro del partido fundado por Álvaro Uribe Vélez.
Trump, Maduro y Venezuela: la postura internacional de Paloma Valencia
Uno de los ejes más visibles de Paloma Valencia es su posicionamiento internacional. La senadora ha manifestado en reiteradas ocasiones su respaldo a Donald Trump y a la presión ejercida por Estados Unidos sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, una postura que marca distancia con la política exterior del actual gobierno colombiano.
Valencia sostuvo que, en caso de llegar a la Presidencia, Colombia colaboraría activamente con la oposición venezolana, en particular con Edmundo González y María Corina Machado, figuras centrales del antichavismo. La definición no es nueva, pero adquiere otro peso al quedar asociada a una candidatura presidencial formalizada.
El respaldo de Álvaro Uribe terminó de consolidar el mensaje. En una intervención virtual, el expresidente afirmó que Paloma Valencia y las dirigentes que la acompañan “no tienen manchas de corrupción” y representan una alternativa capaz de generar confianza en nuevas generaciones. La frase cerró el acto, pero dejó abierta una discusión que recién comienza dentro y fuera de Colombia.










