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Con la entrega de 1.300.000 firmas a la Registraduría, Vicky Dávila confirmó que competirá en las elecciones de 2026. Con ese aval ciudadano, la experiodista inicia una campaña en la que rechaza apoyos partidistas y apuesta por una candidatura construida desde la base.

La líder del Movimiento Valientes sostiene que su postulación representa una ruptura con la política tradicional y que su proyecto busca recuperar el pulso de las regiones golpeadas por la crisis. La formalización del recurso ante la autoridad electoral marca el punto de partida de una aspiración que ahora deberá consolidar estructura y programa.

Mensaje y estrategia pública

En el acto de entrega, Dávila destacó la independencia de su lista y prometió un cambio profundo: “Nuestro movimiento ciudadano es una realidad”.

“Aquí no hay estructuras políticas, ni maquinarias, no hay favores. No hay cuestionamientos. Los colombianos valientes no tenemos precio ni le ponemos precio a nadie. Hoy nos levantamos contra aquellos que hacen una política que dejó de servir a los ciudadanos. No nos resignamos, tenemos convicciones y principios sólidos, no nos arrodillamos, bajo ninguna circunstancia”, dijo Vicky Dávila.

Vicky Dávila logró consolidar su candidatura a la presidencia (Fuente: archivo).
Vicky Dávila logró consolidar su candidatura a la presidencia (Fuente: archivo).

Ese discurso de autonomía será el eje comunicacional en las próximas semanas, mientras su equipo busca traducir esa legitimidad numérica en presencia territorial y propuestas concretas sobre seguridad, economía y empleo. La campaña deberá además enfrentar el escrutinio público y la fiscalización tradicional que trae cualquier aspiración presidencial.

Ataques y polarización en la campaña

En el mismo evento, la candidata lanzó críticas directas a rivales de la izquierda y vinculó sus denuncias con preocupaciones sobre relaciones internacionales. “Iván Cepeda es un peligro para Colombia. Si Cepeda es elegido presidente se consolida el narcoestado. No podemos estar condenados a elegir entre el diablo y el demonio”, afirmó Vicky Dávila.

Esas declaraciones anticipan una campaña marcada por la confrontación política y por retórica que busca movilizar electores preocupados por seguridad y orden. Ahora, con la inscripción confirmada, la estrategia será convertir la fuerza de las firmas en votos válidos el día de la elección.