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Las medidas migratorias en Estados Unidos se vuelven cada vez más estrictas desde que Donald Trump regresó a la presidencia. Bajo su nuevo mandato, millas de inmigrantes se enfrentan a un escenario de mayor vigilancia, controles intensificados y amenaza de deportación.

Ante esta realidad, muchos han comenzado a optar por una alternativa que no implica enfrentarse a la fuerza del sistema: la salida voluntaria. ¿En qué consiste?

¿Qué estrategia utilizan los inmigrantes que no quieren ser expulsados a la fuerza?

Mientras se incrementan los operativos y se soportan los procesos judiciales migratorios, crece el número de personas que deciden retirarse del país por voluntad propia, sin esperar una orden oficial de expulsión. Esta opción, conocida como salida voluntaria, permite abandonar Estados Unidos de forma legal y con menores consecuencias migratorias para el futuro.

La salida voluntaria se ha convertido en una vía estratégica para evitar un proceso de deportación formal, lo que puede perjudicar gravemente futuras solicitudes de visa o intentos de reingreso.

A diferencia de una remoción impuesta por un juez, este mecanismo reduce el impacto negativo en el historial del inmigrante.

¿En qué consiste la salida voluntaria y por qué es tan buscada?

Este recurso legal está contemplado dentro de las leyes migratorias estadounidenses y solo puede ser solicitado en ciertos momentos clave del proceso judicial.

El objetivo principal es brindar al inmigrante una opción menos perjudicial, siempre que cumpla con los requisitos exigidos por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) o los jueces migratorios.

Según la Escuela de Leyes de la Universidad de Miami, quienes acceden a este beneficio conservan mejores condiciones para regresar en el futuro bajo procesos legales regulares.

¿Quiénes califican para la salida voluntaria?

No todos los migrantes pueden optar por esta salida. La ley establece restricciones claras. Quedan excluidos quienes tienen:

  • Condenas por delitos graves.
  • Vínculos con organizaciones criminales o terroristas.
  • Migratorio histórico que evidencia fraudes o reincidencias.

Además, se requiere que la persona pueda costear su regreso por medios propios y cumplir con los tiempos fijados por las autoridades.