

Una maestra entra a una mercería del barrio de Once a comprar medias y el viejo comerciante le ofrece las “galvanoplásticas” que fabricaba Roberto Arlt. Una joven argentina es sometida al trato indigno de la Policía del aeropuerto español de Barajas a principios de este siglo. Una mujer recién casada convive en un pueblito perdido de la provincia de Buenos Aires con la esclava ‘mapucha‘ que le regaló su padre para su boda.
Estas son
Las otras
(Adriana Hidalgo Editora), las protagonistas de los cuentos de Carolina Bruck. Escritora (entre otras funciones académicas) nacida en La Plata, cuyo libro acaba de ganar el Primer Premio del concurso de Narrativa de la Biblioteca Nacional.
“Convencida de que el secreto no se comunica con estridencia, se sirve de un tono cómplice para crear situaciones de inquietante intimidad. Son cuentos que demuestran que no hay nada más enrarecido que lo cotidiano”,
señala sobre la autora el escritor mexicano Juan Villoro, quien además dirigió su tesis sobre Creación Literaria en Barcelona.
En primera persona, Bruck le pone voz a seres disímiles pero con rasgos comunes: mujeres desalineadas, inconformes con sus cuerpos o algo torpes, fuera de lugar. Incluso en el cuento “El cerebro del ratón” (el único cuyo protagonista es un hombre) también persiste ese registro.
Sin perder la poesía de lo cotidiano, en el libro conviven la lisérgia de los 60/70, los discketes de los 2000 o la esclavitud de principios del siglo XX. La arquitectura de La Plata, Mar del Plata o Balvanera. Los caramelos Sugus, el matamosquitos Off o las alhajas de Ricciardis. Los nueve cuentos de “Las otras” atraviesan distintos momentos de los últimos 100 años.
Son registros de época donde por la simplicidad, la ironía o el humor de sus protagonistas a cualquier lector le resultará muy fácil empatizar.












