El boom de las hamburgueserías gourmet y los planes de expansión de las cadenas de comida rápida no pueden eclipsar al verdadero negocio de los medallones de carne: los congelados. El segmento explotó en pandemia y se calcula que representa la mitad del gasto de las familias argentinas en alimentos para freezer. Antes del COVID-19, en la Argentina se consumían un promedio de 2,6 cajas mensuales de cuatro unidades de hamburguesas freezadas por hogar, según un informe del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

El rubro está protagonizado por una marca nacional, aunque hoy en manos brasileñas: Paty. Marfrig domina 6 de cada 10 ventas con la antes mencionada, la también argentina Goodmark - cuyos inicios están vinculados con la familia Costantini - y la low cost Barfy. Del otro lado se encuentra su compatriota, Minerva Foods con Swift y la económica La Blanca. Pero asimismo hay un grupo de jugadores locales que buscan hacerse un lugar en el negocio frozen.

El informe completo acá: