
"En los próximos meses, antes de las elecciones, se va a testear la paciencia de la gente", dice Esteban Domecq, fundador y director de Invecq, una de las consultoras económicas más escuchadas por empresarios y políticos. Con un plan de ordenamiento de la macro en marcha, agrega, todavía falta que las reformas se empiecen a ver en la micro y lleguen, en definitiva, al bolsillo de una gran parte de la población.
Domecq cree que el desafío que tiene el Gobierno es todavía muy grande. El crecimiento económico de los próximos años dice, debería llegar de la mano de la inversión. "Va a ser lento o, por lo menos, se va a sentir lento en términos de consumo. Necesitamos 10 años de crecimiento económico sostenido por delante. El dilema es que el crecimiento es lento. Es virtuoso y es genuino, pero es lento. Y hay que ver si la sociedad está dispuesta o tiene espacio, tolerancia o paciencia para sostener este proceso", sostiene.
-¿Cómo evalúa este primer año y medio del gobierno de Javier Milei?
-En este año y medio se pueden empezar a observar importantes méritos. La inflación que estaba en la zona del 12% mensual en los últimos meses con el gobierno anterior y subió el 25% cuando se empezaron a normalizar los precios relativos. Hoy ya está en la zona del 2%. Hay una economía que se desinfló muy fuertemente y empezó un proceso importante de recuperación económica. Pero también tiene algunos pendientes y desafíos por delante. Si tuviese que resumir, podríamos decir que en el plano fiscal se hizo un proceso de consolidación sin precedentes en la Argentina, se cerró un déficit de casi 5 puntos del producto en un solo año. Además, se comenzó con un riesgo país de 2000 puntos básicos, hoy está en la zona de los 700 puntos básicos, con lo cual también avances, pero es un proceso de formación financiera inconcluso. La Argentina todavía no es sujeto de crédito. En una tercera parte del programa tenemos que hablar del saneamiento de la hoja de balance del Banco Central, un programa que reduce parcialmente el problema monetario y que recompone reservasen el principio del mandato, pero que después empieza a encontrar ciertas limitaciones para seguir comprando. Y en cuarto lugar hay un proceso de sinceramiento y alineación de precios muy importante, y acá estaba el gran desafío en el inicio de la gestión. También hay que mencionar que hay una estrategia cambiaria que ha quedado claramente en una zona vulnerable. Hay un esquema que ha afectado el tipo de cambio con este crawling del 2% que después fue del 1%, con una inflación estuvo muy por encima de ese esquema que tuvimos hasta abril. El tipo de cambio quedó en una zona baja con lo cual se generan ciertas dudas respecto a la sostenibilidad externa de estos procesos.
-¿Las reservas del Central pueden suponer un problema para el programa económico?
-En parte el riesgo país en la zona de 700 puntos refleja estas complicaciones que está teniendo el programa para seguir comprando dólares y seguir avanzando en lo que tiene que ver con el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central. Hoy, la Argentina, habiendo resuelto el problema fiscal, teniendo las cuentas equilibradas y superavitaria, no tiene un problema de stock de deuda. Sí tiene un problema de perfil de vencimientos en moneda extranjera. Entonces, en la medida que el programa no pueda mostrar un círculo virtuoso de compra y de dólares y acumulación de reservas, el mercado empieza a dudar sobre la capacidad de pago de la deuda externa. La cuenta corriente este año va a ser deficitaria por casi 2 puntos del producto. Con lo cual, el programa se volvió de alguna manera, cuenta financiera dependiente. Durante meses el programa vivió del blanqueo, después vivió del Fondo Monetario Internacional y en algún momento tiene que recuperar el acceso al mercado. Esta es la cuenta pendiente.
-¿El déficit de la balanza comercial es motivo de preocupación?
-Hay un deterioro del saldo comercial sin lugar a duda. Es cierto que crecen fuertemente las importaciones de bienes de capital, en más del 60%, pero también que las importaciones de bienes de consumo y de vehículos. Con lo cual, con importaciones creciendo más del 40% y exportaciones estancadas, el superávit de la balanza comercial que el año pasado había sido de más de US$ 8000 millones en los primeros cinco meses, este año fue menos de US$ 2.000 millones. Es un deterioro muy significativo. En la Argentina la balanza de servicios es estructuralmente deficitaria y lo es más cuanto más apreciado sea el tipo de cambio. Y eso convive con mucho pago de intereses y giro de utilidades, incluso con cepo. El desafío viene más por el otro lado. Si la Argentina tiene que seguir normalizando el tema cambiario, eso implica que hacia adelante hay determinados rubros que van a demandar todavía más dólares, por ejemplo, el pago de utilidades y giro de dividendos de las compañías. Si uno no espera un contexto internacional que pueda permitir, por ejemplo, mejores términos de intercambio, un boom de precios de los productos que exportamos, la velocidad a la cual avanzan las exportaciones de Vaca Muerta y del sector minero es insuficiente para contrarrestar la velocidad a la que avanzan las importaciones por la recuperación económica, por la apreciación cambiaria y sobre todo para compensar este déficit que tenemos en servicios. de turismo y de pago de intereses y de giro de utilidades. Este el gran obstáculo en el corto plazo.
-La economía argentina no crece de manera sostenida desde 2011. ¿Qué posibilidades hay de que se empiece a romper este ciclo?
-En la medida en que Argentina logre concluir este proceso de estabilización y resuelva el problema de la inflación, avance en toda la batería de reformas estructurales, procompetitividad, proinversión, en el marco de disciplina fiscal, orden macroeconómico, disciplina monetaria, un manejo prudente del esquema cambiario, financiero y motorice, la expansión económica que estamos viviendo por la vía de la inversión en el sector externo, la Argentina podría transformar esta recuperación económica que estamos viviendo en crecimiento económico sostenido en el tiempo. El nivel de actividad que estamos viendo en los primeros meses de 2025 está en línea con el techo que se ven desde hace 15 años. Ahora, la pregunta es, cómo hacemos para para perforar ese techo. Creo que la motorización de la inversión y el sector externo son fundamentales. Con esto quiero decir que, hacia delante, la fase expansiva del ciclo no debe ser motorizada por el consumo y por el gasto público.
-El problema es que todavía no termina de llegar la inversión...
-Hay un montón de obstáculos que traban la inversión. La Argentina es una de las economías más inestables del planeta, tiene serios problemas de competitividad, de garantía jurídica, de respeto y claridad de las reglas de juego, tiene problemas impositivos, laborales, logísticos, financieros... De hecho, tiene el peor ratio de inversión por PBI en la última década y eso, en parte, explica la falta de crecimiento. El gobierno tiene un diagnóstico, tiene un programa que avanza en distintas áreas a distintas velocidades. Hay un tema de velocidades, pero hay un montón de ejes y de drivers que hacen a la motorización de la inversión que no llega.
-Los caballitos de batalla del gobierno son la desinflación y el superávit fiscal. Pero cada vez hay más presión de la oposición por sumar gasto...
-Este es el juego de la política y de una sociedad que tiene un montón de demandas insatisfechas y muy entendibles. Estamos hablando de médicos del Garrahan, de jubilaciones, pero también de una economía empobrecida, sin moneda, sin reserva, sin crédito, sin entrenamiento, sin reputación. Esta es la sábana corta de la macro. Hay un gobierno muy firme en pos de no moverse del equilibrio fiscal y esto me parece algo extremadamente valioso. Va a ser una batalla permanente de cómo el oficialismo convive con todas esas demandas o intentos de buscar atajos.
-¿Queda mucho para terminar de ordenar la macro?
-No sé si mucho, pero quedan todavía desafíos... Hay pendientes, hay riesgos, hay vulnerabilidades. Se avanzó un montón, pero falta todavía un tramo. La inflación del 12 se fue al 2, pero del 2 se tiene que ir a 0. El riesgo país de 2000 puntos se fue a 700, pero tiene que bajar a 300. La tasa de interés tiene que seguir comprimiéndose, hay que acumular reservas y faltan algunos movimientos en el esquema cambiario. Quedan meses todavía para transitar esto, sin lugar a dudas.















