Unos u$s 100 mil millones. Cifra récord. Los inversores llevaban casi un año haciendo la cuenta regresiva desde que Mark Zuckerberg diera las primeras señales de que la empresa saldría a cotizar a Bolsa. Y el día de su IPO, el pasado 18 de mayo, la red social más popular del mundo terminó valuada en u$s 100 mil millones, a un precio por acción de u$s 38,23.

Ya ese día los inversores deberían haber tomado nota, cuando fueron los mismos bancos colocadores los que salieron a comprar acciones de la compañía para mantener el precio en el rango de su salida a cotización. Muchos sí lo hicieron e incluso en los Estados Unidos fue presentada una demanda colectiva en contra Morgan Stanley, Goldman Sachs y JP Morgan Chase, por inflar el precio de los papeles.

Sin embargo, éste fue el universo de los inversores, un grupo pequeño. La mayoría ignoró las luces amarillas y tras un par de semanas sin demasiado movimiento se lanzaron nuevamente a comprar acciones de la red social. El precio subió y llegó a tocar los u$s 33,10. Pero desde ahí no fue más que un desbarrancadero que hoy tiene los papeles en alrededor de u$s 20.La caída del ángelLa semana pasada Facebook presentó los números de su balance correspondientes al segundo trimestre de 2012. La red social presentó pérdidas por u$s 157 millones, desde la ganancia de u$s 240 del mismo período del año anterior. Devastador. Algunos analistas la defienden argumentando que la pérdida se debió a los gastos relacionados al proceso de salida a Bolsa. Sin embargo, la firma también vio desacelerar sus ingresos, que crecieron 32% respecto de 2011 en comparación con el crecimiento de 45% del primer trimestre de 2011 y de 55% en los últimos tres meses del año pasado. Los resultados provocaron nuevos pánicos entre los inversores, muchos de los cuales se fueron para cortar la sangría, dejando caer la acción en 31,7% en seis jornadas.

En definitiva, Facebook ha perdido, en menos de tres meses, casi un 50% de su capitalización bursátil. Y no da señales de que esta situación vaya a cambiar.

La pregunta, entonces, es por qué una empresa de popularidad global, que ve aumentar sus usuarios en casi un 30% de un año a otro -llegando a casi 1000 millones de personas-, no es capaz de plasmar este crecimiento e influencia social -tanto Facebook como Twitter jugaron un papel clave en acontecimientos como la llamada "primavera árabe" el año pasado, representando un cambio radical respecto de la organización de eventos similares en el pasado- en un buen desarrollo como negocio.

Uno de los problemas de Facebook, plantea el responsable de research de Puente, Leonardo Bazzi, es que "la firma aún no logra monetizar a los usuarios de la red social vía dispositivos móviles. Facebook reveló tener 955 millones de usuarios activos, de los cuales más de la mitad de ellos, unos 543 millones, se conectan mediante dispositivos móviles". El principal ingreso de Facebook es la publicidad, con un 84% del total y, en ese sentido, para que los inversores vuelvan a creer en la compañía, ésta "deberá demostrar que posee la suficiente flexibilidad como para adaptarse a esta nueva tendencia de los usuarios. Deberá ser innovadora y creativa para obtener ingresos por publicidad sin fastidiar a los usuarios", dice el analista.

Es por la dificultad de sobrepasar este escollo que, por ejemplo, Twitter no ha dado señales claras de salir al mercado de capitales. Para hacerlo es requisito presentar las hojas de balances y la red social del pajarito -con más de 500 millones de usuarios- aún no es capaz de afirmarse como un negocio con ingresos sostenibles en el largo plazo que, a su vez, funcionen como gancho para los inversores.

Frente a estos desafíos, Facebook lanzó un nuevo sistema para vender publicidad mediante la segmentación de anuncios, conocido como "Facebook Exchange". El sistema permite que cada compañía que desea publicitar sus productos en Facebook compita con el resto en tiempo real, donde ganará el anuncio quién ofrezca el mayor precio, como en una subasta, pero ya conociendo de antemano los gustos de cada usuario. Se trata de publicidad "dirigida" gracias al historial de navegación de los usuarios registrado a través de cookies, lo que permite que las empresas de publicidad intenten vender sus productos a usuarios de Facebook que ya demostraron interés por esos productos en particular.

El problema es, como siempre, encontrar el equilibrio entre el negocio y la "función social" de la red, que se presenta a sí misma como un espacio para conectarse y compartir información, donde el negocio vino como un paso posterior.

Con todo, es consenso el hecho de que este tipo de tecnologías han llegado para quedarse.La supervivenciaUna mirada más desde lo sociológico ofrece Juan Silva, académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile y experto en tecnologías de la información. "Yo creo que las redes sociales seguirán siendo un fenómeno cultural. Siempre existieron, la única diferencia es que ahora están mediatizadas por las nuevas tecnologías, que las ha evidenciado y agilizado", plantea, en un análisis que abre la puerta de salida para que las compañías de la era 2.0 puedan reconvertirse hacia el futuro.

En una línea similar viene el aporte del profesor del Diplomado en Redes Sociales de la misma casa de estudios, Claudio Moreno Rodríguez, quien afirma que las redes sociales, en el marco de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, perdurarán en el tiempo. "Aunque sufrirán algunas modificaciones", dice. "Considero que las TICs son los nuevos medios de comunicación que se desarrollan con plena libertad y en democracia, por el solo hecho de ser uno mismo el editor, y eso lo considera la ciudadanía", cierra.

Si aceptamos que se trata de una marea que podrá cambiar, pero que se mantendrá bañando las costas de la sociedad, en este contexto la pregunta es si pueden o no ser un buen negocio o si deberían mantenerse en el ámbito de la acción social sin fines de lucro. "Su capacidad de existir en el largo plazo radica en la capacidad de adaptación de estas empresas a los cambios en los gustos de los consumidores. Las ideas de Groupon, de pagar menos por bienes y servicios, y de Facebook, de estar más cerca de conocidos, amigos y familiares, necesitan ser eficientes en cuanto a los costos capaces de monetizar su popularidad, hecho que históricamente representó un gran desafío para gran parte de las empresas tecnológicas", plantea Bazzi.

"Muchas empresas que hoy ya no existen intentaron conservar su popularidad a partir de la innovación tecnológica como objetivo y no como un medio para fidelizar a los consumidores y brindarles servicios de mayor valor", una diferencia que podría marcar su futuro como empresas.¿Se viene el estallido?La valuación de Facebook puso en evidencia algo que se venía temiendo de un tiempo a esta parte: la posibilidad de una nueva burbuja tecnológica que pudiera replicar el estallido de las puntocom de fines del siglo XX.

"El piso cambia debajo de estas compañías a una velocidad que no vimos ni siquiera a fines de los 90", escribió el analista Ben Schachter en el International Herald Tribune, a raíz de los resultados de Facebook.

Muchos inversores, deseosos de encontrar el nuevo Google, corren a comprar acciones de estas compañías, lo que ha contribuido a llevar al Nasdaq por sobre los tres mil puntos, en torno a los mismos valores de hace poco más de una década. Esto ha provocado valuaciones extraordinarias muy superiores a empresas confiables y conocidas por todos. Por ejemplo, una empresa como Coca Cola tiene actualmente un ratio precio/ganancias (la cantidad de ganancias anuales que una compañía debería sumar para alcanzar el precio de su valor de mercado) de casi 21 veces, mientras que para Facebook esta proporción supera las 72 veces y para LinkedIn llega a las 80 veces.

"Es difícil saber hoy si estamos en una burbuja tecnológica, es más fácil identificar las burbujas en retrospectiva", dice Leonardo Bazzi, de Puente, quien agrega uninteresante dato de macroeconomía muchas veces no tomado en cuenta. "Al momento de la burbuja de las puntocom la tasa de interés de referencia de los Estados Unidos se ubicaba entre 5% y 6% anual, mientras que actualmente se ubica en 0%. Esto podría indicar que las altas valuaciones actuales se deben a la avidez de los inversores por alternativas de inversión rentables en un contexto de muy bajas tasas de interés y no, como suele suceder en el caso de las burbujas, a expectativas de apreciación de una importante masa de inversores sobre un sector económico en particular".

"El precio al que se han colocado en bolsa ha estado muy por encima de los valores razonables para este tipo de compañías", agrega Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global. "Los casos de Zynga y Groupon son testigos y el último evidente fue el de Facebook, con una relación precio-ganancia de más de 100 veces cuando salió a cotizar". Para Burzaco, la salida podría estar en la segmentación. "La excepción es LinkedIn. A pesar de que no está subvaluada, muestra una inserción en su target de consumidores cada vez mayor, generando una situación win-win tanto para usuarios y la firma, con la potencialidad de crecimiento de la publicidad online de muchas empresas que estimulan sus ingresos", cierra. z we