Como toda personalidad ganadora, el campeón mundial de boxeo, el argentino Sergio Maravilla Martínez, demuestra tanto en el llano como en el cuadrilátero que nunca baja los brazos. En su intensa y agotadora visita de tres días a la ciudad de Buenos Aires -la primera luego del inolvidable combate que se llevó a cabo en el estadio Thomas and Mack Center de Las Vegas, en el que enfrentó al hasta entonces invicto Julio César Chávez Junior, alzándose así, con el cinturón de campeón mundial en la categorías medianos-, se hizo tiempo para charlar con WE sobre el país pocas horas antes de reunirse, en la Casa Rosada, con Cristina Kirchner.
En aquel encuentro con la primera mandataria, él -uno de los tres mejores boxeadores del planeta- llevó el cinturón que obtuvo en la legendaria pelea del pasado 15 de septiembre, además del de diamante con piedras preciosas que le otorgó el Consejo Mundial de Boxeo. En la reunión también estuvieron presentes el secretario de Deportes, Claudio Morresi, y el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli.
La verdad es que tener el recibimiento de la Presidenta es algo importantísimo para cualquier ciudadano del mundo. Y yo estoy orgullosísimo, reconoció Maravilla Martínez en su raid mediático previo a la cita. Luego, en su entrevista con WE, adelantó que no tenía pensado decirle a Cristina nada en particular. Voy a disfrutar el momento. No todos los días el presidente de un país quiere saludarme y eso es importante para mí.
Quien ganó por el voto unánime el título del mundo, admitió que la fama que conquistó a partir de su participación en el certamen Bailando por sueño -el programa de Marcelo Tinelli- y, sobre todo, luego de su victoria deportiva en Las Vegas, es toda una novedad en su vida.
Si bien el boxeador vive ocho meses al año en California y los cuatro restantes en Madrid, nunca dejó de visitar su país. Venía a la Argentina cada un mes o mes y medio. ¿Cómo explicar lo que significa para mí? Soy argentino y lo seré hasta el último día de mi vida. Siempre que voy a un combate o tengo un triunfo, me acuerdo de mi país. Lo primero que digo es: ¡Arriba argentinos! ¡Vamos Argentina! Este es el sitio donde tengo a mi familia viviendo y uno de los lugares que más quiero, aclara el boxeador que, además de recibir a la prensa y reunirse con la Presidenta, presentó esta semana en Buenos Aires su libro Corazón de rey con el que espera, según dice, motivar a la gente y que se dé cuenta de que todos podemos ser rey de nuestro propio reinado.
l Hay quienes opinan que detrás de un escritorio los políticos muchas veces se olvidan de las verdaderas necesidades del pueblo. A partir de su experiencia de vida, ¿qué le pediría a la Presidenta para los argentinos?
- Que tenga conciencia de las realidades sociales que se viven en todo el mundo; lo bueno y lo malo que siente y padece cada sociedad. Creo que hay que tener empatía. Si se tiene empatía por una persona, se tiene empatía por una sociedad. Eso creo que sería algo bueno que podría tener cualquier gobierno, cualquier gestión.
l¿Considera que el deporte puede ser útil para desarrollar políticas de inclusión?
- La verdad es que no sé. Pero creo que, más que nada, el deporte puede servirle a una persona para ser más íntegra. Pienso que el deporte podría estar más integrado a la sociedad. Es fundamental, además, que el deportista predique con el ejemplo. Porque mucha gente, entre ellos niños y jóvenes, están prestando atención a, por ejemplo, lo que yo hago, digo o dejo de hacer o de decir. Y eso puede ser, entre comillas, política. Y hay que tomarla con muchas pinzas y delicadeza porque todo lo que yo pueda hacer puede servir de buen ejemplo o de mal ejemplo para ellos.
l ¿En los barrios más humildes deberían existir más clubes y espacios sociales donde los chicos practiquen deportes y, a través de ellos, aprendan a compartir y a tener disciplina?
- Sí. El deporte colectivo ayuda a los chicos a comprender el verdadero compañerismo que deberíamos tener todos. El deporte individual también ayuda a aprender a ser responsables de nosotros mismos. El deporte es vida, es salud. Creo que, junto con la educación, es de las cosas que más pueden servirnos en la vida.
Esta semana, Maravilla Martínez anunció que en 2013 planea pelear en la Argentina. La novedad fue interpretada por los especialistas como un verdadero acto de generosidad del campeón porque, según aclaran, localmente jamás podría obtener el rédito económico que consigue en otras partes del mundo. Si bien aún no está confirmado el lugar donde se hará la pelea -ni contra quién-, el boxeador sostuvo que su deseo, como hincha de River, es combatir en el estadio Monumental. Sin embargo, Cristina le habría sugerido el estado Único de La Plata para su debut en estas tierras.
l A partir de lo que pudo percibir en sus diferentes visitas a la Argentina, ¿qué aspectos de la gestión del Gobierno le gustan y cuáles no?
- La verdad es que desconozco totalmente sobre eso porque estoy fuera. Pero lo que me gustaría es que absolutamente todos los gobiernos tengan más empatía con los ciudadanos y sociedades para que el mundo entero mejore. Y la Argentina no es la excepción.
l ¿Qué virtudes y defectos detecta en la sociedad argentina?
- Uf, qué difícil. Me gustaría que la Argentina tenga más unión. No digo que esté desunida, sino simplemente que cuando hay unión hay mucha más fortaleza. Entonces, si la Argentina quiere lograr algo, los argentinos tenemos que unirnos. De esa forma vamos a conseguir todo en la vida.
El tres veces campeón mundial de boxeo cuenta que lo que le da seguridad para alcanzar sus objetivos es saber lo que quiero en la vida y hacerme responsable de todo lo que voy a hacer, de todo lo que sueño y deseo. Esa actitud, considera, es la que deberíamos tener tanto ciudadanos como dirigentes políticos para mejorar cada uno en su ámbito. Hay que dedicar mucha positividad, energía, fuerza y luz para cada proyecto, afirma Maravilla Martínez.
Finalmente, el campeón de boxeo en la categoría medianos asegura que le resulta muy difícil señalar algunas de las virtudes de los Estados Unidos y España -lugares en los que reside actualmente- que valdría la pena replicar en la Argentina porque son países con diferentes pensamientos, culturas y sociedades.