Para 2026 se anticipa crecimiento moderado, pero dirigir negocios en este escenario inédito implica desafíos para quienes han pasado los últimos veinte años entre inflación, crisis y contramarchas.
El Presupuesto 2026 proyecta un crecimiento del 4,9%, y el 82% de los empresarios que asistieron al Coloquio de IDEA espera una mejora económica.
Aun con informalidad elevada y deudas pendientes, la baja inflacionaria permitirá que el consumo crezca en dos velocidades: segmentos de mayor poder adquisitivo reaccionarán antes, mientras el resto lo hará de manera gradual.
Será un panorama que empezará a parecerse a los mercados estables, de crecimiento moderado y consumidores atentos al valor, al precio y a la conveniencia.
Ajustes pequeños, gestión más precisa
La inestabilidad se suavizará, pero será indispensable aprender a gestionar con ajustes pequeños y cuidadosos, donde un error puede costar ventas.
Se terminará la lógica de “ajustar el mes siguiente” para corregir desvíos. Las empresas deberán formar equipos de analistas con lectura fina del negocio, del mercado y de grandes volúmenes de datos, apoyados en herramientas de IA.
Aunque moderadamente, el consumo crecerá, generando oportunidades para ampliar ventas, lanzar productos y recuperar segmentos relegados, siempre bajo el imperativo de precio competitivo y conveniencia.
Los segmentos masivos seguirán siendo extremadamente sensibles a los precios, condicionados por informalidad extendida y por una recuperación del empleo que será gradual.
Calidad, tecnología y competencia global
La calidad de productos y servicios volverá a ser un factor determinante para lograr diferenciación y fidelidad.
El avance tecnológico y la apertura de importaciones harán que parte del consumo se oriente hacia ofertas globales y e-commerce, que continuará presionando sobre precios, plazos y surtido.
Los nuevos riesgos dentro de las organizaciones
La inflación residual seguirá presente, al igual que cierta volatilidad en insumos, salarios y energía. Pero los desafíos más relevantes estarán dentro de las organizaciones.
En contextos volátiles, las empresas se protegían con altos inventarios. En contextos estables y abiertos, esa práctica se vuelve peligrosa:los inventarios envejecen, se deprecian y se transforman en capital inmovilizado.
El negocio del consumo pasa a ser de márgenes ajustados y alta rotación, donde el crecimiento proviene del flujo de caja generado por la rotación, no de márgenes altos que alejan a los clientes.
Requerirá análisis constante de:
- tendencias de consumo,
- comportamiento y hábitos,
- ventas por producto, marca y canal,
- vida útil y rotación del inventario.
Un año de ofertas inteligentes y rotación acelerada
En 2026 habrá ofertas frecuentes para consumidores que buscan valor, combinadas con liquidaciones tempranas de productos de baja rotación.
El seguimiento no será solo de ventas, sino también de rotación y margen, para detectar rápido qué productos requieren activación sin esperar la liquidación de fin de temporada.
La nueva disciplina: margen, rotación y tecnología
El año próximo impondrá nuevas prácticas de análisis, presionando por una mayor alineación entre previsión, ventas, logística eficiente y planeamiento de producción.
Los antiguos departamentos de sistemas ya mutaron hacia equipos tecnológicos aplicados al negocio, expertos en herramientas con IA que liberan tiempo para impulsar presencia y competitividad.
Será el año de vender más sin aumentar ciegamente, de gestionar con precisión y de trabajar en la economía del margen de contribución decreciente.