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El crédito es el mejor instrumento de movilización social porque es la pieza fundamental del engranaje del crecimiento económico. El crecimiento se logra con inversión que tiene que ser financiada y eso se hace con ahorro. Esa intermediación está a cargo del sistema financiero”. Así sintetizó recientemente el presidente Javier Milei el rol clave que jugarán el ahorro y el crédito en el desarrollo de la Argentina los próximos años. Le corresponde al sistema financiero ser la “máquina” que transforme el ahorro en crédito.

La generación de ahorro formal, en cantidad y calidad suficientes para financiar el crédito, sigue siendo una asignatura pendiente de la Argentina. Es uno de los países con menos depósitos bancarios en relación al PBI del mundo.

El decepcionante nivel del ahorro bancarizado en Argentina no es fortuito. Es el resultado esperable de las malas políticas económicas, financieras e institucionales aplicadas los últimos 50 años; con algunas excepciones que no perduraron.

Meta del crédito y su determinante

La Argentina puede y debe aspirar a aumentar el crédito en $ 100 billones los próximos años y llegar al equivalente del 25% del PBI, el doble del nivel actual. Para ello necesita que, en paralelo, el ahorro dentro del sistema financiero crezca a valores similares. Para “hacer” créditos los bancos necesitan depósitos.

La recuperación del crédito bancario al sector privado observada en los últimos 18 meses se explica más por la liberación de la capacidad prestable que por un aumento de los depósitos. Sin déficit fiscal, el Estado dejó de ser una aspiradora de fondos, los cuales se reorientaron al sector privado. Los préstamos en pesos subieron $ 47 billones en moneda constante, mientras que los depósitos solo aumentaron $ 21 billones. Menos de la mitad del crecimiento del crédito fue financiado con nuevos depósitos.

A partir de ahora, el ritmo de expansión del crédito bancario en pesos será determinado principalmente por la evolución de los depósitos y el nivel de encajes. El ahorro y crédito en dólares también tienen un gran potencial en la Argentina; el análisis de ese segmento excede el alcance de esta nota.

La Argentina siempre ha tenido capacidad de ahorro. El desafío es mantener las condiciones para que sea canalizado hacia el sistema bancario formal y se transforme en crédito.

Condiciones para el crecimiento de los depósitos

Para que la sociedad ahorre en el sistema bancario se requieren, esencialmente, los mismos factores para alcanzar el crecimiento de la economía: responsabilidad fiscal, eliminación de impuestos distorsivos, reducción de la informalidad, marco regulatorio adecuado, fortaleza institucional y libertad económica. La administración Milei ha hecho avances sustanciales en esas materias y se espera que continúen en la segunda mitad del mandato.

Cuanto mayor sea el crecimiento en un contexto de estabilidad macroeconómica y calidad institucional, mayor será el crecimiento del ahorro bancario.

Del ahorro al crédito

No solo importa la cantidad de depósitos, sino también su calidad. El crédito bancario tiene una relación directa con el volumen de recursos que se canalicen al sistema financiero, pero también con la naturaleza de los mismos. No todos los depósitos generan la misma capacidad prestable.

Por ejemplo, los depósitos de personas y pymes tienen un comportamiento previsible y el sistema financiero los transforma fácilmente en crédito; son considerados depósitos estables. En el otro extremo, los depósitos institucionales de FCI o aseguradoras son volátiles y poco aptos para “hacer” créditos. Las normas prudenciales impiden prestar, excepto a cortísimo plazo, los fondos provenientes de depósitos institucionales.

En la última década, los depósitos institucionales de los FCI fueron aumentando en detrimento de los depósitos de personas y empresas, favorecidos por asimetrías regulatorias que promueven ese tipo de colocaciones. Son fondos que llegan al sistema financiero, pero pierden su estabilidad. Se estima que actualmente los depósitos de los FCI superan el 20% del total.

El futuro del ahorro y crédito

Argentina tiene una oportunidad histórica para encaminarse nuevamente hacia el desarrollo, siendo el crédito “la pieza fundamental del engranaje del crecimiento económico”.

A medida que se consolide el crecimiento y se recupere la demanda de dinero, los depósitos crecerán. Además, con menor riesgo país, el BCRA tendrá más grados de libertad para calibrar el multiplicador bancario. Es clave que continúe fortaleciendo el marco regulatorio para lograr una mayor proporción de depósitos estables.

La Argentina cuenta con un sistema financiero sólido, que con las condiciones adecuadas tiene la capacidad de atender la demanda de financiamiento que el desarrollo económico y social requiere, transformando el ahorro en créditos.