Excluidas de las discusiones para elaborar el programa Brasil Mayor, de incentivo a la industria, las centrales sindicales pretenden presionar al gobierno de Brasil y al Congreso para condicionar la desgravación de los impuestos a la nómina salarial de algunos sectores industriales al mantenimiento del empleo, tal como ocurrió con la reducción del Impuesto sobre Producción Industrial (IPI) para las ensambladoras de autos en 2009.

Faltó garantizar los empleos. Sin eso, el programa no protege a los trabajadores, sólo a los empresarios, afirmó el miércoles el presidente de Nueva Central, José Calixto, durante una manifestación organizada en San Pablo por cinco de las seis mayores centrales sindicales del país. La única que no participó fue la mayoritaria Central Única de Trabajadores (CUT), ligada al Partido de los Trabajadores (PT).

La restricción para que los sectores beneficiados realicen despidos es un tema consensuado entre los sindicalistas, que criticaron la desindustrialización de Brasil por la pérdida de competitividad. La manifestación era inevitable porque parece que Brasilia no nos está escuchando, afirmó Paulo Pereira da Silva, presidente de Fuerza Sindical.

Los presidentes de las centrales tendrán una reunión el próximo martes con el presidente de la Cámara de Diputados, Marco Maia, del PT, para exigir la votación de los proyectos de interés de los trabajadores -el punto principal es la reducción de la jornada a 40 horas semanales.

Días atrás mantuvieron un encuentro con el secretario General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, para discutir detalles sobre el Brasil Mayor. Las centrales no fueron llamadas a aportar opiniones durante la confección de ese plan, lo que causó bastante desánimo en los gremios. El objetivo ahora es intentar cambiar el decreto, que fue enviado al Congreso para su aprobación.

El programa es un buen lanzamiento inicial. Ahora, vamos a discutir para aumentar el número de sectores afectados por la desgravación, privilegiando a los que generen más empleos, dijo el presidente de la Central General de Trabajadores de Brasil (CGTB), Antonio Neto.

La participación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) también mereció críticas. ¿El BNDES tiene que dirigir sus préstamos a las empresas nacionales, que den prioridad a los productos brasileños, y que no tengan un histórico de maltrato a los trabajadores, afirmó Ricardo Patah, presidente de Unión General de los Trabajadores (UGT).

La CUT pretende participar de las discusiones en el Congreso con el apoyo del PT. Busca diferenciarse del resto de las centrales con una bandera propia, el fin del impuesto sindical obligatorio, y realizará una manifestación en Brasilia el próximo 10 de agosto.