

Durante la reciente Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que tuvo lugar en Honduras, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, no dejó pasar la oportunidad para pronunciarse con fuerza frente a las políticas migratorias y económicas de Trump, presidente de Estados Unidos
En un tono directo, Petro habló ante los mandatarios de la región y dejó claro que lo que se está planteando desde por Donald Trump no es diálogo, sino una "imposición" sobre América Latina.
Petro, presidente de Colombia, desafía las medidas de Donald Trump desde la CELAC
En su discurso, Petro lanzó una invitación abierta a los países de América Latina para hacerle frente, como bloque, a las medidas impulsadas por Donald Trump. Fue claro al cuestionar cómo se está tratando a los migrantes latinos en Estados Unidos, señalando que se les está etiquetando como criminales por el simple hecho de migrar.
Desde su visión, aceptar estas políticas como parte de un "diálogo" es engañarse: no hay espacio para una conversación real cuando lo que hay sobre la mesa es una imposición unilateral. Además, apuntó a que las medidas migratorias no están atacando las verdaderas raíces del problema. Para Petro, la migración es consecuencia directa de:
Pobreza, que sigue marcando la vida de millones en el sur del continente.
La crisis climática, que obliga a muchas comunidades a abandonar sus territorios.
Una desigualdad geográfica profunda entre norte y sur que sigue sin resolverse.

Con estas palabras, el mandatario colombiano buscó poner el foco en las causas estructurales que empujan a miles de personas a cruzar fronteras.
Críticas a los aranceles y una apuesta por alianzas fuera de EE. UU.
El presidente de Colombia también se refirió a las recientes medidas económicas de Donald Trump, particularmente los aranceles recíprocos que afectan a más de 100 países, varios de ellos en América Latina.
Petro, además, adelantó que Colombia ya está moviéndose en otra dirección: fortalecer vínculos comerciales con socios como China y la Unión Europea, dejando claro que la región tiene otras alternativas.
Durante su intervención, Petro habló de la necesidad de impulsar una agenda distinta, más enfocada en temas como la salud, la vida digna y la cooperación multilateral, que en repetir recetas fallidas del pasado. Para él, América Latina debe trabajar en una hoja de ruta común, alejada de presiones externas y marcada por sus propias prioridades.

En palabras del mandatario, este llamado no es solo político, sino también ético: buscar una región más justa, con voz propia, capaz de responder a los grandes desafíos globales sin estar atada a las imposiciones de potencias como Estados Unidos.
En definitiva, Gustavo Petro envió un duro mensaje a Donald Trump, rechazando de forma tajante las actuales medidas migratorias y comerciales, y pidiendo un giro profundo en la forma en que se construyen las relaciones con la región. Su propuesta: una América Latina unida, que deje de reaccionar y empiece a proponer desde su propia realidad.











