

La conducción autónoma deja de ser una promesa futurista para convertirse en una realidad palpable. Uber acaba de anunciar un ambicioso plan para desplegar más de 20.000 vehículos sin conductor a partir de 2026, marcando un antes y un después en la forma de viajar.
El proyecto se desarrollará en docenas de mercados internacionales y forma parte de una alianza estratégica con las compañías Lucid y Nuro, dos gigantes estadounidenses especializados en tecnología y movilidad eléctrica.
Uber prepara los robotaxis para 2026
Los modelos seleccionados serán SUV Lucid Gravity, vehículos eléctricos de alta gama con capacidad para siete pasajeros y una autonomía de hasta 724 kilómetros. Equipados con un sistema de carga ultrarrápido -capaz de recargar 320 km en apenas 11 minutos-, estos autos representan la nueva generación de transporte eficiente.

Pero el verdadero protagonista es el software: el Nuro Driver, un sistema de conducción autónoma de nivel 4 que elimina por completo la necesidad de un conductor humano. Este "cerebro artificial" utiliza sensores y cámaras instalados en el techo para interpretar el entorno y tomar decisiones en tiempo real, incluso en escenarios complejos.
Además de comprar la flota, Uber invertirá cientos de millones de dólares para formar parte del capital de Nuro y Lucid. Al menos 300 millones serán destinados a mejorar la producción de los SUV Gravity y adaptar el hardware de Nuro. La repercusión fue inmediata: las acciones de Lucid subieron más de 30% tras el anuncio.
Cómo funcionará el nuevo servicio de Uber
Los usuarios podrán solicitar estos robotaxis a través de la app de Uber como cualquier otro viaje. La compañía tendrá el control total de la flota, que operará directamente bajo su gestión. El primer despliegue está previsto para 2026 en una ciudad aún no confirmada de Estados Unidos, aunque ya circulan prototipos de prueba en Las Vegas.
Este nuevo capítulo en la historia de Uber refleja un giro en su estrategia. Bajo la dirección de Dara Khosrowshahi, la empresa apuesta por alianzas con expertos en el rubro, en lugar de desarrollar internamente su tecnología. En los últimos meses, también cerró un acuerdo con Baidu para lanzar miles de autos autónomos en Asia y Oriente Medio.
Regulación, confianza y el futuro del empleo
El avance de la tecnología no siempre va acompañado del mismo ritmo legislativo. En EE.UU., Donald Trump prometió unificar las regulaciones para vehículos autónomos, mientras que en España la DGT inició programas de evaluación para garantizar la seguridad.
Más allá de la innovación, este movimiento reabre debates clave: ¿Qué pasará con los millones de trabajadores del transporte? ¿Quién asume la responsabilidad en caso de un accidente sin conductor? A medida que la inteligencia artificial toma el control del volante, las preguntas éticas y sociales se vuelven inevitables.














