

El rábano no solo destaca por su sabor fresco y picante, sino también por ser una de las verduras más completas en nutrientes dentro de la familia de las crucíferas.
Con un alto contenido de vitamina C, antioxidantes y fibra, esta hortaliza se convirtió en un aliado para reforzar las defensas, cuidar el corazón y mejorar la digestión.
Las propiedades nutricionales del rábano
Gracias a su composición, el rábano es un alimento con muy bajo aporte calórico, ideal para sumar en planes de alimentación saludable. Está formado en gran parte por agua, lo que lo convierte en un vegetal hidratante y depurativo. Además, aporta calcio, potasio, hierro, magnesio, zinc y fósforo, minerales esenciales para el buen funcionamiento del organismo.

Una porción de apenas 80 gramos de esta hortaliza puede cubrir más de una cuarta parte de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, un nutriente clave para combatir el envejecimiento celular y fortalecer el sistema inmune.
Cuáles son los beneficios del rábano en la salud
Entre las principales ventajas de incorporar rábano en la dieta, los especialistas mencionan:
Favorece el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento.
Contribuye al alivio de la artritis y problemas inflamatorios.
Estimula la producción de bilis, lo que lo vuelve beneficioso para la salud del hígado.
Su caldo o infusión puede aliviar molestias respiratorias y digestivas.
Contiene compuestos como los isotiocianatos, con potenciales efectos anticancerígenos.
Además, su toque picante tiene un efecto descongestionante natural: promueve la producción de mucosidad, ayudando a combatir infecciones en las vías respiratorias.
Precauciones en su consumo
Si bien el rábano es un alimento saludable, se recomienda moderar su ingesta en personas con enfermedades digestivas inflamatorias, ya que podría intensificar los síntomas. Lo ideal es consultar con un especialista antes de incorporarlo en grandes cantidades.















