

La política migratoria de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump está tomando un giro cada vez más restrictivo.
Según advirtió el periodista Henrik Rehbinder, en diálogo con Canal E, la Casa Blanca no solo ha cuadruplicado el presupuesto del Departamento de Inmigración, sino que también está promoviendo medidas que afectan tanto a los migrantes en situación irregular como a quienes ya lograron naturalizarse legalmente.
Más dinero, más control: la expansión del aparato migratorio
Durante la entrevista, Rehbinder describió cómo se ha transformado el sistema migratorio en una estructura cada vez más robusta y punitiva. "Le cuatriplicó el presupuesto", afirmó sobre el crecimiento del gasto destinado al Departamento de Inmigración, que pasó de manejar 30.000 millones de dólares a controlar un fondo total de 170.000 millones.

Este presupuesto récord en control migratorio se está usando para incrementar las detenciones, acelerar deportaciones y reforzar operativos en todo el país.
Deportaciones a países en guerra: nueva doctrina sin garantías
Uno de los puntos más críticos señalados por Rehbinder es el envío de migrantes a terceros países sin garantías mínimas de derechos humanos, incluso cuando estos atraviesan conflictos armados o crisis humanitarias.
"Ya no importa si los van a torturar o no", reveló, citando un memorando interno del gobierno. Según relató, personas de origen venezolano, cubano y mexicano ya han sido deportadas a Sudán, sumido en una guerra civil, y a lugares como Kinsawi, un reino africano poco conocido.
El periodista también señaló que países como El Congo simplemente liberan a los deportados en las calles, mientras que en Sudán permanecen encarcelados. La elección de estos destinos responde, según explicó, tanto a convenios económicos como a alineamientos diplomáticos con el gobierno de Trump.
Revisión de ciudadanías y visas con precios elevados
En paralelo, la administración republicana está implementando una estrategia poco habitual: revisar procesos de naturalización ya aprobados. "Se están revisando las ciudadanías intensamente y se están quitando", alertó Rehbinder. La medida apunta a encontrar supuestas inconsistencias en los trámites para revocar estatus legales.
Además, se confirmó que los costos para solicitar una visa aumentarán de forma significativa. "Es una política para desalentar el arribo de gente y hacer todo más engorroso", sostuvo. En el caso de los ciudadanos argentinos, por ejemplo, el precio se elevará de 185 a 435 dólares, sin garantía alguna de aprobación.
Más poder para los agentes migratorios: desde celulares hasta antecedentes personales
Rehbinder también advirtió sobre el aumento de poder discrecional de los agentes de migración, quienes pueden tomar decisiones sin necesidad de supervisión judicial. "La de ser adicto o ex adicto queda a discreción del agente migratorio", afirmó, dejando en evidencia cómo cualquier antecedente personal puede transformarse en causal de rechazo.
Incluso mencionó que los agentes migratorios pueden revisar el teléfono deciudadanos estadounidenses, una facultad que no está al alcance de los policías comunes sin orden judicial.
Tensiones internas en la Casa Blanca: el ala dura se impone
La política migratoria no solo genera tensión en la sociedad, sino también dentro del propio gobierno. Rehbinder reveló un enfrentamiento interno entre Donald Trump y su asesor de línea dura, Stephen Miller.
El presidente, con experiencia como empresario hotelero, llegó a expresar públicamente que la falta de inmigrantes perjudica sectores clave como el turismo y la agricultura. Sin embargo, según el periodista, su equipo más radical tiene otro enfoque: "El mensaje que le dan es que si afloja, va a parecer débil, y nada activa más a Trump que decirle que parece débil".













