Uno de los bancos más importantes del mundo, Bank of America, lanzó un informe que predice una posible depreciación del dólar estadounidense, lo pondría en jaque su posición como la moneda más fuerte del mundo. Esta advertencia surge en un contexto de creciente pesimismo entre los grandes inversores y un cambio significativo en las estrategias de inversión a nivel mundial.
El informe que prende las alertas sobre el dólar en todo el mundo
Según un informe del Financial Times, la desconfianza de los inversores en el dólar se encuentra en su punto más alto en casi dos décadas. Tanto como el 53% de los inversores globales encuestados por el Bank of America planea reducir su exposición a la renta variable de Estados Unidos: un número récord en los últimos años.
Este cambio de actitud se ha solidificado y hecho evidente desde principios de este año, marcando una tendencia preocupante para la divisa norteamericana.
Una de las causas principales es la guerra comercial de Donald Trump que podría estar teniendo un impacto directo en los activos estadounidenses. A pesar de una leve recuperación del mercado tras la detención de la mayoría de los aranceles recíprocos por parte de Trump, la preocupación por el futuro del dólar persiste entre los analistas y grandes capitales.
El análisis del Bank of América muestra que más de 5 billones de dólares se eliminaron del valor del índice de primera línea S&P 500 luego de los anuncios de los aranceles generalizados sobre los principales socios comerciales de EE. UU.. Si bien muchos se modificaron o directamente cancelaron, el efecto incertidumbre se hace sentir en los inversores.
Si el dólar efectivamente sufre una depreciación significativa, las repercusiones podrían ser vastas para la economía global y, en particular, para los hispanohablantes en Estados Unidos. La devaluación de la moneda podría afectar el poder adquisitivo, las inversiones y el costo de vida, generando un escenario de incertidumbre económica.
La búsqueda de alternativas al dólar por parte de otros países y bloques económicos podría acelerar un proceso de "desdolarización" global. Algo que ya está sucediendo en algunos mercados tales como los formados por los países del BRICS.